Si bien pocas veces pensamos en su gran esfuerzo, existen muchos padres solteros que tienen que dar lo mejor de sí cada día para poder criar y sacar adelante a sus hijos, sin que nadie esté a su lado apoyándolos.
Ser padre y madre al mismo tiempo no es nada sencillo, implica un doble trabajo y en muchas ocasiones surgen imprevistos que son difíciles de sortear. Pero siempre es posible encontrar un ángel en el camino, justo en el momento preciso, para recordarnos que las casualidades no existen y que el universo no nos desampara, por más difíciles que parezcan nuestros problemas.
De esto pudo ser testigo una noble mujer llamada Sara Fleming, quien es madre de dos niños especiales, uno de 9 años que sufre de autismo y uno menor de solo 3 años que padece una extraña enfermedad llamada Síndrome de Activación de Mastocitos.
La afección del pequeño se trata de un tipo de alergia severa provocada por la toxicidad que había en la casa de la mujer y de la que no estaban enterados. Su casa estaba infectada de peligroso moho negro y eso afectó la salud de sus hijos.
Después de no tener dónde vivir y perder casi todas sus pertenencias, la familia de Fleming ha empezado a construir una nueva vida, poco a poco, en la que se dedican a ayudar a los demás porque ellos saben de primera mano cómo es de amargo atravesar los peores momentos.
Mientras Sara estaba de compras en el supermercado, formada en la caja registradora para poder pagar, vivió una situación que jamás olvidará. Eran las 10 de la noche y el hombre frente a ella pedía a la cajera que intentara pasar su tarjeta nuevamente para poder pagar, pero el resultado era el mismo: “pago rechazado”.
El hombre solo había comprado lo esencial. Su cuenta era de únicamente $ 94.10 y a su lado se encontraban sus dos hermosos hijos, quienes no pudieron evitar sentirse apenados por la situación, le suplicaban a su padre irse del lugar, pero él sabía que necesitaban esos productos.
Sara se preguntaba cómo era la vida de ese humilde hombre sin un anillo de matrimonio en sus dedos, ¿acaso era padre soltero? Pensaba la mujer tratando de entender lo que estaba pasando detrás de la triste escena.
Pero, Sara sabía que debía transformar su curiosidad en ayuda y decidió pagar la cuenta de la familia en apuros. Temía avergonzar aún más a las humildes personas, pero una voz la motivó a seguir y ayudar, era Dios quien le hablaba fuerte y claro.
“No sé cómo agradecerte. Soy un padre soltero. Es muy difícil”, dijo el hombre a la amable mujer.
El apenado padre rompió en llanto ante tanta generosidad y sus hijos lo abrazaron para confortarlo, Sara fue el ángel que alguien envió para ayudarles y no podían creerlo.
Por su parte, Sara pagó también sus productos y al llegar a su automóvil también derramó lagrimas de compasión, mientras el padre y sus hijos continuaban llorando por lo sucedido. Para la mujer no había nada más hermoso que haber hecho el bien.
Actos como este nos recuerdan que siempre podemos hacer buenas acciones que cambien el día de las personas. No necesitamos ser millonarios, solo se trata de compartir lo poco o mucho que tengamos con quienes más lo necesitan.
No te vayas sin compartir este hermoso acto solidario con todos tus amigos y nunca dejes de ayudar a los necesitados.