En Argentina se han registrado hasta el momento 1.144 pacientes contagiados de coronavirus, lamentablemente la pandemia ha acabado con la vida de 46 personas.
Marisol San Ramón, de 25 años, es una joven argentina que se contagió en Madrid, España, de COVID-19 y ha querido publicar su dramático testimonio.
“Hoy pensé que me moría”, dijo Marisol, la paciente 130 de Argentina.
El pasado 12 de marzo, Marisol arribó en Argentina tras permanecer en España, presume que se contagió el país europeo tras compartir un bálsamo labial con otra chica.
Marisol regresó a Argentina días antes del decreto de aislamiento obligatorio y comenzó a presentar síntomas de coronavirus. Estableció su residencia en Madrid mientras cursa una maestría.
“Tuve una asfixia. Pensé que me moría. Me despedí de la gente más cercana. Me tuvo que venir a buscar una ambulancia. Pode tomar codeína y un corticoide cuando empezó el episodio. Por suerte llegó rápido la ambulancia. Me reanimaron en el suelo me pusieron oxígeno y terminé ingresada en el hospital”, dijo la joven.
El resultado a la prueba diagnóstica de Marisol por coronavirus dio positivo.
La joven es una de las pocas personas que ha querido difundir su lucha contra el virus, cuando salió del hospital quiso relatar lo que había vivido.
“Hoy fue el episodio más feo. Estar escuchando los gritos de desesperación. Mi papá entró a agarrarme en el suelo para rescatarme. Pensé que me moriría, pensé que eso no lo superaría”, relató Marisol.
“Se me cerró la garganta por la mañana. Porque tengo mononeuclosis también, que acentuó los síntomas del coronavirus y tengo la garganta muy inflamada”, relató.
A Marisol la trasladaron a la Clínica Suizo en Argetina, en Recoleta.
Está agradecida de haber recibido a tiempo la ayuda que necesitaba. “Por suerte me auxiliaron a tiempo. La sensación de no poder respirar y pensar que todo se va a terminar allí es devastadora”.
Entre lágrimas agregó que estuvo tirada en el piso del hospital viendo a gente con trajes de protección individual y a su angustiado papá.
Marisol recuerda que su última noche en Madrid, ciudad en la que cursaba una maestría de Administración dese agosto del año pasado. Ella estaba en un restaurante el pasado 10 de marzo junto a tres mexicanos.
“Brindamos por la juventud. Entre risas y besos, todo era fantasía e ilusión. Solo deseábamos volver a vernos”, dijo la joven.
La universidad cerró sus instalaciones instando a los estudiantes a interrumpir el programa y regresar a sus países de origen.
Esa noche chocaron sus copas de vino, compartieron comidas y postre. Marisol fue al baño con una de las chicas que se encontraban en la celebración, como ninguna tenía maquillaje, la joven mexicana le prestó a Marisol un bálsamo labial.
De las cuatro personas que compartieron la mesa, tres resultaron contagiadas con coronavirus, incluyendo a la dueña del lápiz labial.
“Una distracción puede resumir tu vida en dolor, llanto y gritos de ayuda. En locura y soledad”, dijo Marisol.
Resaltó cómo el virus atentó contra la salud, “Esa juventud e incoherencia que tantas buenas noches nos había dado, esa vez se convirtió en la última. Fue una noche sin suerte, sin fin, en la que una pesadilla silenciosa se desató como un fantasma: el fantasma estaba dentro de nosotros y ya no había forma de sacarlo”.
El pasado 12 de marzo Marisol llegó a Argentina, al día siguiente despertó con un dolor de garganta que cada vez se acentuaba más.
Tenía 40 grados de fiebre, estuvo una semana ingresada en el hospital en aislamiento, era el tiempo esperado para que el test confirmara si tenía coronavirus.Presentó tos y seguía teniendo fiebre, recibió el alta médica pero solo estuvo 24 horas en su casa.
Sus gritos de dolor causaron que su padre llamara a urgencias, tuvo un ataque de tos, y tosió sangre. Se estaba asfixiando, tuvo que regresar al hospital y permanecer conectada a un respirador artificial.
Marisol reitera la importancia de cumplir con la cuarentena y las medidas de confinamiento.
“No es una gripe, como dicen algunos. Perdí a un amigo de 23 años esta semana por el coronavirus en España. La única forma de ganarle al virus es cuidándonos entre todos”, dijo Marisol.
Comparte el testimonio de esta paciente, puede alertar a otras personas que a estas alturas todavía no son conscientes de la gravedad de esta pandemia.