Stuart Baker, de 74 años y Adrian Baker, de 72, fueron como muchas parejas mayores en nuestros días, un verdadero testimonio de entrega, amor y fidelidad.
Los abuelos vivían en Boynton Beach, Florida, en su pacífico retiro, cuando el virus mortal los sorprendió
Estaban perfectamente saludables, hasta que a mediados de marzo, Adrian empezó con síntomas relacionados con el coronavirus, y después su mujer. Al no sentir mejoría, fueron juntos al hospital, pero les médicos los enviaron de vuelta a casa con la orden de hacer cuarentena.
Como no tenían síntomas graves, y un día estaban mejor y otro peor, sus hijos y ellos tenían esperanzas de que se recuperarían. Los llamaba un médico para supervisarlos, hasta que el 19 de marzo, debido a que Adrian presentaba fiebre alta y asma, le aconsejaron que fuera de nuevo al hospital, después de lo cual quedó ingresado. Sin embargo, Stuart, que no tenía fiebre, se quedó en casa.
Pero fue entonces cuando la lejanía de su esposo la estaba martirizando en vida, a pesar de que sus hijos la empezaron a visitar a diario -varias veces al día- y ellos desde el garage trataban de animarla, mientras ella los veía desde la ventana. ¡Eso parte el alma, sin duda!
Los inseparables Stuart y Adrian llevaban 51 felices años de casados y trajeron al mundo 3 hijos
Cinco días después les llamaron para confirmarles que Adrian dio positivo para coronavirus y que su estado era grave, no lo lograría. No quisieron atormentar a su mujer con la noticia, así que decidieron llevarla al hospital, donde fue admitida de inmediato.
Para sorpresa de sus hijos, 45 minutos después de ser ingresada, les llamaron para decirles que su nivel de oxígeno era bajísimo, y que tampoco sobreviviría.
Toda la familia, bajo el consejo de los médicos, decidió que los trasladarían a un centro de cuidados paliativos para que pudieran tener un final menos desgarrador que los demás. Fueron colocados en la misma habitación, les desconectaron de los ventiladores, y en breves minutos, partieron para siempre.
Murieron el pasado domingo con 6 minutos de diferencia, tomados de la mano.
Su hijo, Buddy Baker, compartió en un video que se hizo viral en Twitter, su experiencia y cómo practicar el conocido distanciamiento social con sus padres, aunque durísimo de vivir, fue su granito de arena para contener el virus:
«En recuerdo de mi mamá y mi papá, toma la decisión dura y correcta y ayuda a detener la propagación de este virus», escribió junto al video.
In loving memory of my mom and dad- please make the tough and right choice and help stop the spreading of this virus. pic.twitter.com/FqVEWjdscq
— Buddy Baker (@ESG_Baker) March 31, 2020
«Hasta que te toca o toca a alguien que conoces o escuchas una historia, te sientes alejado de ella. Espero que el fallecimiento de mis padres no sea en vano… Eran tan compatibles e inseparables como ninguna pareja que existió en la tierra», dijo Buddy.
El suceso de la partida de estos admirables abuelos conmocionó a toda Florida, y su funeral fue transmitido en vivo, emocionando a miles de personas.
Instaron a cumplir a rajatabla las normas del confinamiento y todas las precauciones que sugieren las autoridades. Si tan solo ahorrarían ese sufrimiento horrible a una sola familia más, ya habrán hecho bastante, dijeron.
Dentro del drama que supone morir así, esta pareja al menos tuvo el consuelo de partir para seguirse amando en la eternidad. Si esta historia te ha conmovido, no dudes en compartirla con todos tus amigos junto a la advertencia de quedarnos en casa, muchas vidas están en nuestras manos.