El verdadero amor no conoce de límites, algo que la hermosa protagonista de esta historia nos recuerda de la manera más tierna. Ella es Janina, una abuelita de 98 años de edad, que a pesar de su estado de salud y todas las restricciones por el COVID-19, estaba dispuesta a conocer a su decimoquinto bisnieto.
Un encuentro poco casual que la llenó de la alegría pero también de nostalgia al no poder abrazar a su bisnieta. Por ahora, ver el nuevo angelito de la familia a través de la ventanilla del auto fue un gran regalo.
Janina llegó a los Estados Unidos desde Polonia en 1974.
Janina llegó a Estados Unidos como muchos otros inmigrantes, con una pequeña maleta, sin conocer el idioma, con miedo pero con la esperanza que cosas mejores vendrían. Logró encontrar algunos trabajos, en la mayoría realizaba horas extras, por lo que trabajaba mucho y dormía poco.
Con el paso del tiempo fue viendo resultados y la familia fue creciendo. Actualmente tiene cinco hijos, ocho nietos y un decimosexto bisnieto en camino.
Pautaron el encuentro en un estacionamiento en Pleasant Prairie, Wisconsin.
Janina es una mujer fuerte y valiente para honrarla, Ross y Maggie Oberschlake, los padres de la bebé decidieron llamarla Jane, que su traducción al español es Janina.
Esto agitó aún más de alegría el corazón de la tierna abuelita, quien contemplaba desde de la distancia al pequeño angelito. Maggie Oberschlake comenta al respecto:
Fue agridulce para ella. Una vez que llegué allí la realidad nos trastocó, pude ver tristeza en sus ojos ya que en realidad no podía abrazarla”.
El emotivo encuentro rápidamente se hizo viral, los medios locales dieron a conocer la historia en todo el país.
El amor desbordó por todas partes, no fue necesario mucho tiempo, solo un par de minutos para que estos dos seres compartieran y crearan un vínculo de amor perfecto que la distancia no podrá romper.
Maggie, es madre de otros dos niños, William de 5 años y Matthew, de 2 añitos.
No se sabe cuándo la dulce Janina volverá a ver a su bisnieta, debido a restricciones por el coronavirus, los abuelitos son considerados población vulnerable por lo que deben estar aún más resguardados.
Janina va a diálisis de tres a cuatro veces por semana, las únicas veces que sale a la calle cumpliendo con todas las medidas sanitarias.
La pequeña Jane solo tiene seis semanas de haber nacido.
Si bien no se sabe cuándo podrá abrazar a la pequeña Jane, conserva en su memoria la tenue sonrisa de un angelito que llegó a la familia para brindarles esperanza. La abuelita desea pronto mecerla en sus brazos mientras intenta dormirla con dulces cantos de amor.
Recordemos que los abuelitos son esos seres de luz que siempre están para apoyarnos. Estamos seguros que Jane tendrá a su lado a la mejor abuelita del mundo. Comparte esta bella historia de amor en tus redes.