Desde el día en que nació Ben McCafferty fue diagnosticado con Síndrome de Down. Fue dado en adopción y afortunadamente consiguió una familia en donde no han parado de brindarle todo el amor que merece.
Por desgracia, pasaron un enorme susto cuando Ben dio positivo para COVID-19 y los médicos dieron el peor de los pronósticos. Llegaron a pensar que sólo contaba con 24 horas más de vida
Ben recibió el diagnóstico con 34 años de edad.
Di Margerison, su madre, quedó destrozada. Desde que lo adoptó se habían vuelto inseparables y nunca había tenido que pasar tanto tiempo lejos de él. Una noche, Ben comenzó a presentar los síntomas.
No paraba de toser, tuvo algo de fiebre y su salud parecía empeorar cada vez más. Lo llevaron al hospital y allí se dieron cuenta de que la situación era realmente grave.
Ben fue ingresado en la Unidas de Cuidados Paliativos.
El coronavirus podía acabar con la vida de Ben en cualquier momento. Di pasó la primera noche con él, pero después tuvo que volver a casa para cumplir con las medidas de aislamiento.
La familia pensó que en cualquier momento recibirían una llamada con la peor de las noticias.
“Nos advirtieron que las posibilidades de que lograra recuperarse eran terriblemente bajas. La verdad no pensamos que sobreviviera”, explicó Neil, su padrastro.
Sin embargo, pasaron dos semanas y para sorpresa de todos Ben iba recuperándose cada día más. Muchos lo habían dado por perdido pero él simplemente tenía fuerzas dentro de sí y logró ganar la batalla.
Finalmente, cuando se recuperó por completo le dieron de alta y se reencontró con su madre en los pasillos de la enfermería.
“Fue muy duro estar tanto tiempo sin él. Le salvaron la vida. Fue un milagro”, agradeció su madre.
El abrazo que se dieron fue tan emotivo que las enfermeras los despidieron con una ronda de aplausos y lágrimas en los ojos.
“Estaba ansioso de volver a casa y reencontrarse con su mamá. El personal médico le brindó la mejor atención y gracias a ellos hoy ha vuelto a ser el mismo de siempre”, agradeció Neil.
Es una verdadera alegría saber que Ben logró recuperarse a pesar de haber recibido los peores pronósticos. El COVID-19 ha causado estragos en muchas familias quienes han tenido que decir adiós a sus seres queridos sin contar con la posibilidad de un último abrazo.
Afortunadamente, Ben todavía tiene mucho amor para dar a la familia que lo adoptó y lo salvó.
Han sido días muy duros pero este es el tipo de historias que necesitamos celebrar para mantenernos positivos. ¡Compártela!