Un padre humilde y trabajador está orgulloso de su hija, después de que ella alcanzara su título en medicina tras años de estudiar con bastante sacrificio.
Aunque para Don Tales Pereira su hija es todo un orgullo, para Aline de Castro Pereira el verdadero héroe en esta historia es precisamente su padre, quien trabajó durante años como barrendero para sacarla adelante y darle la mejor educación.
Don Tales Pereira es un barrendero en la ciudad de Goiânia, Brasil, pero además de eso se convirtió en padre soltero cuando su hija Aline, ahora de 26 años, estaba muy pequeña.
La esposa de este sacrificado hombre murió de cáncer de estómago y en ese momento quedaron ellos dos solos frente a la vida.
Don Tales no buscó ninguna otra pareja, sino que se entregó al cuidado de su pequeña y a cumplir con su trabajo como limpiador de calles.
A pesar del humilde trabajo de Don Tales, a Aline nunca le faltó nada. De hecho, la joven estudió su secundara en una institución privada la cual su papá pagaba con mucho sacrificio.
Al obtener su título de secundaria, Aline quedó seleccionada para ingresar en tres prestigiosas universidades en su país.
La chica podría optar a la Facultad de Ciencias de la Salud, en el DF, la Universidad Federal de Tocantins (UFT) y la Universidad Federal de Goiás (UFG), donde terminó por tomar su colegiatura.
Después de años de sacrificio, Aline logró graduarse como médico en el 2015 pero para ella este éxito es compartido.
Aline no desperdició el momento para agradecer a su padre por todo el apoyo.
«A mi padre, estoy profundamente agradecida por haber vivido cada día conmigo, animándome para cumplir mis obligaciones, preocupándose por mi bienestar y apoyándome con las más diversas formas de amor. Eres mi mejor ejemplo de lucha y determinación para ganar en la vida», dijo Aline en su discurso de graduación.
Por su parte, Don Tales no pudo evitar llorar ante las palabras de su hija. Este hombre piensa muy diferente a ella, pues siente que él sólo hizo lo correcto y es Aline quien se lleva todo el mérito por ser una verdadera guerrera y luchar a pesar de haber crecido sin su madre.
«Es muy emocionante. Todos estamos conmovidos. Hice mi parte y ayudé. Ahora ella cosechará las recompensas. Es una joya. Para llegar a donde llegó, es una guerrera», la alabó el padre.
Ahora, Aline ha alcanzado una nueva meta: terminó su especialización como grastroenteróloga, la cual estudió para honrar la memoria de su madre.
Actualmente es ella quien se encarga de las facturas en su hogar pues su padre decidió retirarse después de tantos años de trabajo. Sin duda, ambos deben llevarse su reconocimiento pues están cosechando el éxito de tantos sacrificios juntos.
Estas historias realmente nos llenan de inspiración y nos recuerdan que nada es imposible cuando se tiene fuerza de voluntad y el amor de una familia. Compártela.