La trágica muerte de la tan querida Lady Di en el año 1997, marcó profundamente no sólo a la familia real británica, sino a todos quienes la amaron como princesa de Gales, madre de William y Harry, y esposa del príncipe Carlos, heredero del trono.
Tras su lamentable accidente automovilístico en París, empezaron a surgir innumerables oscuras teorías conspiratorias.
Pero hubo otra teoría más ridícula aún, que salió a la luz en el año 2015 y que ahora nuevamente se ha vuelto viral en las redes. El extendido rumor fue iniciado por una revista estadounidense sensacionalista, llamada Globe, titulado:
«La hija secreta de la princesa Diana»
En su artículo, con supuestas evidencias fundadas, alegaban que el príncipe William no fue el primer hijo de Diana, que existe una hermana secreta, ahora de 38 años, llamada Sarah, que vive de incógnita en una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, y que además guarda un parecido increíble con Lady Di.
Muchos se preguntaron: ¿Cómo puede ser esto cierto cuando William nació en junio de 1982, solo 11 meses después del matrimonio de sus padres?
Tal teoría se basa en que en diciembre de 1980, la Reina Isabel II ordenó a Lady Diana Spencer, entonces virgen de 19 años, que se sometiera a pruebas ginecológicas para comprobar que era capaz de tener hijos antes de su compromiso.
Esas pruebas no habrían sido simples exámenes, sino que aunque en ese momento no estaban muy extendidas las técnicas de reproducción asistida, habrían fecundado los óvulos de Diana con esperma del príncipe Carlos. El tratamiento resultó exitoso, sólo entonces el compromiso podría ser anunciado y, lógicamente, los médicos involucrados obligados a destruir los embriones.
Uno de los ginecólogos, un «médico canalla», retuvo en secreto uno de los embriones y lo implantó en su propia esposa. Sin siquiera ella saberlo, se convirtió así en la madre de vientre subrogado la primera hija biológica de Carlos y Diana.
La niña nació en octubre de 1981, 10 semanas después de la boda de Carlos y Diana el 29 de julio de ese año, y 8 meses antes del nacimiento de William, en el Hospital St. Mary, en Paddington.
Pero aún hay más…
Según la loca teoría, Sarah creció sabiendo que era la copia fiel de Diana, hasta que a los 20 años, en el año 2001, sus padres murieron en un accidente automovilístico. Impresionante coincidencia, ya que su madre biológica, habría muerto del mismo modo.
Tras la muerte de sus padres, Sarah encontró un diario que revelaba que ella era producto de un embrión donado e insertado en su mamá mediante FIV.
Fue entonces cuando empezó una investigación sin descanso para descubrir quién había donado ese embrión. Pero de pronto, se encontró con un estremecedor mensaje en su contestadora automática, donde le decían que si valoraba su vida, detuviera toda averiguación.
Aterrorizada por el peligro que corría, y atormentada por los rumores de que la muerte de Diana en París no fue un accidente, sino un asesinato, huyó a los Estados Unidos, donde permanece escondida.
Hasta ahí la teoría… ¿Pero qué hay de verdad?
Como con todas las teorías conspiratorias, siempre hay una base muy estrecha, pero real. Y el hecho es que según declaraciones de la propia Diana a su mejor amiga, Lady Bowker, ella sí fue sometida a un examen ginecológico antes de su compromiso con Carlos.
“Me hicieron revisar antes de que me dejaran casarme con él”, le habría confesado.
Casi con seguridad, el respetado ginecólogo de la Reina, George Pinker, hizo el diagnóstico, pero su objetivo era confirmar que no había malformación del útero, ni nada que pudiera impedir la maternidad normal.
De ahí a que hayan ido tan lejos a un tratamiento de fertilización in vitro para luego desechar los embriones, parece realmente poco creíble, aunque tampoco hay certeza de que no lo hubieran hecho.
La teoría cobró especial sentido cuando una escritora de Nueva York, Nancy E. Ryan, publicó una novela de ficción titulada: «La desaparición de Olivia». Relata sobre una doctora que quería ser como Diana y cumple su sueño en «su hija secreta», resultado de un embarazo in vitro, cuyo embrión se obtuvo de unas pruebas de fertilidad en la futura princesa… ¡Tal cual el rumor difundido por la revista Globe!
Entonces lo que empezó como un cuento ficticio se convirtió en el «secreto a voces» de la Corona, cuando la autora dijo que creía que «su novela podía ser cierta».
Llegó a la prensa internacional y no tardó en desperdigarse por el mundo entero, desatando un dilema mayor: si realmente a William le corresponde el trono en caso de que lo de Sarah fuera real.
La duda surgía porque según la Ley de Sucesión de la Corona establecida en 2013, la corona corresponde al primer hijo sin importar si es niño o niña. Pero luego se aclaró que la ley aplicaría para aquellos nacidos después del 28 de octubre de 2011, lo que no negará a William el derecho de ser William V tras la muerte de la reina, y de su padre…
¿De dónde salió la foto de Sarah y por qué es tan parecida a Diana?
Michael Thorton, experto en la realeza, cuando se desató el escándalo, se encargó de derrumbar todo el rumor asegurando que la foto en realidad es de Lady Di, pero editada con Photoshop.
La imagen reveló que tenía delineador de ojos idéntico al utilizado por Diana, ojos colocados de manera idéntica, cejas, nariz y dientes idénticos, pero con menos arrugas y líneas de expresión.
Pero la revista, unos años después fue más lejos aún, diciendo que Kate Middleton se llegó a reunir son Sarah, en una reunión secreta en Nueva York.
«William se sorprendió cuando Kate le dijo que era una imagen espectacular de su madre y que realmente podría ser su hermana», escribieron.
«Kate se quedó casi sin palabras al ver a Sarah por primera vez. Ella es alta, elegante y la viva imagen de la princesa Diana», declaró la fuente.
Es impresionante lo lejos que pueden llegar los medios sensacionalistas sólo por convertirse en noticia, cuando deberían dejar la memoria de la Reina de Corazones en paz. ¿Qué opinas de esta ridícula teoría en torno a la hija secreta de Diana? ¿Crees que la Reina Isabel II permitiría algo así? ¡Comparte tu opinión con tus amigos!