No cabe duda que el coronavirus nos ha cambiado la vida. ¿Te suena la típica revisión antes de salir de casa? El móvil, las llaves, el bolso… Pues ahora: ¡La mascarilla!
El cubrebocas se ha convertido en una pieza indispensable. Más ahora que después de que meses atrás la OMS dijera que no era necesario usarlo, ahora en algunos países en las fases de desescalada, resulta obligatorio para los espacios públicos cerrados y en la calle cuando no se pueda garantizar la distancia mínima de 2 metros.
La información disponible en Internet sobre las mascarillas es variadísima y surgen muchas dudas: ¿Debo usar una cada vez o está bien reutilizarla? ¿Qué hago con ella durante el día si estoy en un lugar que no necesito usarla? ¿Dónde y cómo la guardo? ¿Dejo las mascarillas colgadas en el tendedero unos días para poder reutilizarlas? ¿Las desinfecto con alcohol?
En este punto en que empezaremos a salir más de casa, resulta vital tener información oficial para despejar todas las dudas.
El dilema es mayor debido a que ahora es un gasto adicional que debemos incluir en el presupuesto familiar.
La mascarilla se ha convertido en una prenda de uso cotidiano
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha calculado que gastaremos 24 euros al mes en mascarillas quirúrgicas para ir a trabajar, lo que para una familia de 4 miembros supone 115 euros y, si se trata de mascarillas FPP2, serían 266 euros.
Carmen Sarabia, profesora de Enfermería de la Universidad de Cantabria y miembro de la Unidad de Investigación en Cuidados y Servicios de Salud (Investén-isciii), ha explicado en detalle cómo proceder.
Tipos de mascarillas
Las más comunes son las higiénicas o desechables básicas que las encontramos en las farmacias. Están pensadas para usarse 8 horas y luego tirarlas.
Las recomendadas por la OMS son las quirúrgicas (azules o verdes) y son, según Sarabia, las que «deberíamos usar todos por la calle y en espacios públicos porque evitan que salgan los virus con la exhalación y, por tanto, si las usamos todos se evitarían los contagios”. Se pueden usar durante 8 a 12 horas.
Las mascarillas autofiltrantes: las N95, las FFP2 y las FFP3, están reservadas para el personal sanitario y muchos expertos desaconsejan para la población general. Tienen una vida útil entre 8 y las 20 horas.
Por último, las mascarillas de tela son las que se están volviendo más populares. Pero si tienen filtro de carbón activado, es falso que protejan más, según Sarabia.
¿Todas las mascarillas son reutilizables?
Si son de tela, se las puede reutilizar lavándolas a una temperatura de al menos 60º. Puede usarse mientras no se deteriore el tejido y mantenga un buen ajuste.
Todas las mascarillas pueden reutilizarse si solo se han usado un rato, guardándolas en bolsas o recipientes de plástico herméticos y usarlas después hasta alcanzar las horas de vida útil según el tipo de mascarilla.
¿Se las debe desinfectar?
Las mascarillas higiénicas y quirúrgicas NO deben desinfectarse. Ni siquiera se aconseja dejarlas tendidas para ventilarlas. Y mucho menos, «exponerlas al sol durante días para que “se muera el virus” o rociarlas con alcohol, geles desinfectantes o lejía», asegura Sarabia.
“El tejido es tan especial que los cambios de temperatura no le van bien, de modo que si se ha usado poco rato, se la guarda, y si no, se tira, pero nada de limpiarlas”.
Tampoco es necesario desinfectar o esterilizar las de tela, basta con lavarlas.
Las únicas mascarillas que se pueden esterilizar son las autofiltrantes marcadas con la letra R, poniéndolas en agua a hervir y dejarlas colgadas durante 20 y 30 minutos para que el vapor las purifique.
¿Qué pasa si se humedecen?
Si la razón de que se hayan mojado es porque estamos resfriados, por el sudor o la saliva, la recomendación es única: ¡Hay que desecharla de inmediato!
La humedad hace que proliferen los microorganismos y en lugar de protegernos, puede ser un nuevo foco de infección.
Pero si sólo se ha mojado un poco por la lluvia, se la puede dejar secar y reutilizarla.
¿Las puedo usar durante toda la jornada de trabajo?
Los expertos dicen que no es recomendable usarlas durante más de 6 horas seguidas.
¿Qué pasa si durante el día ya no necesito usarla?
Ya no deberíamos salir de casa sin un recipiente hermético donde guardarla. Pero hay que ser cuidadosos al quitársela, siempre tomándola desde las sujeciones de las orejas, y sin tocar la parte externa del cubrebocas.
En caso de no tener algo hermético, se las puede guardar en una bolsa transpirable o un sobre de papel, pero nunca en el bolso o bolsillo.
¿Y en el coche?
Sólo se aconseja usar una mascarilla higiénica o quirúrgica si se viaja con personas con las que no se convive.
Los expertos desaconsejan usar mascarillas autofiltrantes dentro del coche o en espacios poco ventilados, porque si se ajustan bien se reduce la transmisión de oxígeno y de dióxido de carbono y podrían provocar mareos o desvanecimientos.
¿Cómo debo desecharlas y/o guardarlas al volver a casa?
Las mascarillas son un residuo urbano que van a la fracción de “resto”, de lo no reciclable, incluidas las quirúrgicas.
Si no han cumplido su vita útil, entonces se podrán guardar en una caja hermética de plástico o metal, o una bolsa ziploc.
No te vayas sin compartir esta valiosa información con tus amigos, la mascarilla ya se está convirtiendo en nuestra compañera de traslados y es preciso saber lo que dicen los expertos.