En los últimos días hemos visto como muchas personas actúan de manera desesperada comprando más cosas de las que realmente necesitan, la gente simplemente tiene una carrera por llegar a los supermercados y llenar los carritos con la intención de abastecerse y no tener que salir de casa en varias semanas.
Sin embargo, aunque todos estemos enfrentando la misma tempestad, no todos navegamos en el mismo barco. Incluso algunos nadan con todas sus fuerzas en esta emergencia.
El incidente ocurrió en Georgetown.
No podemos negar que los abuelitos son parte de la población más susceptible, son muchas las personas de tercera edad que viven solos y no cuentan con los ingresos para poder abastecerse, por lo que solo pueden comprar comida para el día a día.
Una de esas personas es Layne McKeel, un hombre mayor que tan pronto cobró su cheque de discapacidad, fue a la tienda para intentar comprar algunos productos de primera necesidad.
McKeel trata de quedarse en casa la mayor parte del tiempo.
Cuando McKeel llegó a la caja registradora la cuenta había dado 170 dólares en productos comestibles, sin embargo, no tomó en cuenta el hecho de haber llegado después de las horas de descuento para personas mayores, esto provocó que el abuelito se entristeciera un poco pues no tenía esa cantidad de dinero para pagar. Al respecto comenta:
Cuando dijo que costaba $173.000, dije ´Oh no´ y saqué mi billetera y solo tenía $140”.
La cajera de tan solo 17 años, Elizabeth Taylor, informó al hombre el precio de sus compras, pero al verlo tan triste sacando algunos productos del carro, que a simple vista eran todos esenciales, decidió pagar el resto de la cuenta.
McKeel estaba dispuesto a sacar algunos artículos, pero Taylor quería ayudarlo y evitar que saliera de nuevo a la tienda, de esta manera no pondría en riesgo su salud.
La joven realizó un noble gestó que marcó la vida del abuelito.
Ante el noble gesto el hombre de tercera edad no sabía qué decir, quedó completamente en shock y emocionado al ver a alguien pagara sus víveres, era algo que nunca había imaginado.
McKeel no podía creer que alguien aún fuera tan amable. Aún más viniendo de alguien tan joven donde cualquier cantidad de dinero por muy mínima que parezca hace la diferencia.
Ella es solo un angelito, eso es lo que es. Ya sabes, solo a la luz del día”.
La joven un poco más tarde explicó la razón de su acto de generosidad:
Hemos visto a muchas personas mayores, y todos están tratando de comprar comestibles y muchos lugares se han quedado sin artículos, por lo que las personas mayores se están viendo muy afectadas por eso. Solo trato de retribuir cuando puedo”.
Taylor es un ejemplo de compasión y amor. Deseamos más personas, sobre todo, la nueva generación siga sus pasos y le retribuyan a esta sociedad todos esos valores que parecen estar escapándose de nuestras manos.
No dudes en ayudar a las personas mayores o cualquiera que lo necesite en esta situación. No sabemos las guerras internas que lucha cada quien, por lo que ser prudente es necesario. Ayúdanos a llegar a más corazones y comparte esta historia.