Cuando muere el cónyuge o la pareja, el mundo se convierte en un lugar diferente y nada parece tener sentido para quien le sobrevive. Así lo expresó en un emotivo mensaje en las redes sociales la viuda de un piloto de la fuerza aérea de los Estados Unidos fallecido en un terrible accidente aéreo.
El primer teniente Kenneth Allen tenía 27 años, y se desempeñaba como piloto y jefe asistente de armas y tácticas para el 493° Escuadrón de Cazas. Se había graduado en 2017 en la Academia de la Fuerza Aérea de los Estado Unidos, y tenía sólidas creencias religiosas, era miembro de la iglesia mormona.
Siempre fue entregado a su carrera, lo asignaron a una misión en una difícil zona de Santiago en Chile, un lugar donde ni los carabineros de ese país iban, pero el joven no se quejó. El lema de la misión era «Hacia las Alturas», muy apropiado para su gran sueño de ser piloto.
En febrero una vez que terminó su entrenamiento en la Base de la Fuerza Aérea Vance, Oklahoma; y la Base de la Guardia Nacional Aérea Kingsley Field, Oregon; Kage, como solían llamarlo sus amigos se fue a Lakenheath a seguir cumpliendo sus deberes militares.
Reciénteme se había casado por civil con su novia Hannah. La boda eclesiástica no había podido celebrarse porque justo en esos días comenzó el brote del coronavirus y tuvieron que posponerla para otro momento, lo importante era que estaban profundamente enamorados.
“¡Esperamos celebrar con todos ustedes en el futuro! (¡Va a ser una fiesta!) Por ahora, estamos agradecidos de tenernos el uno al otro, incluso si hay medio mundo de diferencia», había compartido Kage con sus amigos en su cuenta de Facebook.
El teniente Allen fue asignado para pilotear el avión estadounidense de la RAF Lakenheath en una misión de entrenamiento en Suffolk, Inglaterra, pero el avión que tripulaba siniestró. De inmediato comenzaron las operaciones de búsqueda y rescate, su cuerpo fue encontrado sin vida en el Mar del Norte.
«Estamos profundamente tristes por la pérdida del teniente Allen, y lloramos con su familia y sus compañeros en el 493º Escuadrón de Cazas», dijo el coronel Will Marshall en un comunicado.
Hannah se sintió destrozada, apenas llevaban cuatro meses de casados, lo amaba con todo su corazón, con él había pasado los mejores días de toda su vida. Sintió la necesidad de publicar un vídeo de su amado de pocos días antes de morir, tocaba la guitarra y le cantaba la conocida canción de Jim Croc, «Time in a Bottle».
«Me siento más que bendecido de haberlo amado en esta vida y no puedo esperar a amarlo por la eternidad», expresó la joven viuda.
Ahora le toca vivir un día a la vez con los recuerdos hermosos del hombre con quien tanto amor compartió, hasta que al final del camino pueda estar nuevamente con él.
Publicada por Hannah Allen en Domingo, 7 de junio de 2020
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