Afortunadamente, cada vez son más las marcas que apuestan a la inclusión y la igualdad que la sociedad exige para romper los estereotipos tradicionales de belleza que se rigen bajo un estándar de “perfección”.
Francesca Rausi, de 4 años, es una niña con Síndrome de Down que se ha convertido en una sensación en las pasarelas.
Desde muy pequeña ha mostrado su afición por la moda y la fotografía, participó en un concurso regional en Malta y resultó ganadora en la categoría de Mejor Supermodelo Junior y fue la primera niña en hacerlo. Participó con otras 22 modelos entre 3 y 24 años.
El año pasado, Francesca participó en un desfile benéfico y dejó a todo el público cautivado con su encanto y su sonrisa.
El evento se celebró para promover y normalizar la participación de las modelos con condiciones especiales, Francesca compartió la pasarela con Madeline Stuart, quien se convirtió en la primera modelo del mundo con Síndrome de Down.
Madeline es una inspiración y ejemplo para Francesca, quien sueña convertirse en una supermodelo como ella. Su mamá, Michelle Rausi, espera que a través de su carrera se pueda crear consciencia sobre el Síndrome de Down.
Relató que Francesca puede desenvolverse como cualquier otro niño y se siente muy cómoda en las pasarelas.
Además, confesó que cada vez que su hija participa en un desfile queda en evidencia la felicidad que siente.
“En su mirada y en las expresiones de su rostro se ve lo contenta que está”, dijo la madre.
A su corta edad, está consciente de que el modelaje es lo que más le apasiona, cuenta con el apoyo de su familia que la seguirá acompañando en su carrera.
Aparte de modelar, Francesca disfruta mucho el ballet, ir a la playa con su familia, jugar y disfrazarse con sus muñecas.
La reconocida revista People catalogó a Francesca como «la niña que derrite corazones», realmente nadie puede resistirse a la mirada tierna y al carisma de la pequeña modelo que seguramente será una embajadora de la igualdad para miles de personas que padecen su misma condición.
Michelle está orgullosa de su hija, aseguró que está complacida al ver lo que ha logrado tras participar en importantes desfiles. «Me siento muy emocionada al verla, porque veo mucha felicidad en sus ojos. Es algo fuera de este mundo», dijo la madre.
Es un compromiso de todos romper aquellos esquemas tradicionales de belleza que exigen ciertos parámetros para poder ser imagen de marcas, caminar en reconocidas pasarelas y tener éxito en esta carrera.
Es un hecho que ni la apariencia física, ni la condición determina la capacidad de las personas. Es gratificante conocer historias como la de Francesca. Compártela.