No cabe la menor duda de que lo más grande en esta vida es el amor incondicional de una madre. ¿Te has preguntado alguna vez cómo las madres pueden sentir algo tan intenso hacia sus hijos?
Es, precisamente, un sentimiento tan puro y natural que muchas veces escapa de nuestra propia comprensión, y la siguiente historia así nos lo demuestra.
Bobita Soren, de 24 años, es una joven estudiante que vive junto a su madre, Nina, bajo el caluroso y ardiente sol de la ciudad de Burdwan, India. La anciana padece anemia, por lo que Bobita decidió cavar un pozo con sus propias manos para que su mamá pueda conseguir agua más fácilmente.
Era lo mínimo que podía hacer por ella. Devolver el amor con grandes actos de más amor. Nina Soren vive en una aldea muy pobre y distante. Para conseguir agua para ella y el resto de su familia, esta sacrificada mujer recorría varios kilómetros hasta llenar los recipientes con varios litros de agua, después de esperar pacientemente en una fila.
Solo quería ayudar a su madre
Una vez llenos, la mujer emprendía su camino de regreso sin ayuda, cargada con los pesados botellones bajo el clima inclemente de la zona. Y así, durante años esta madre se dedicó a atender a su familia, hasta que la salud ya no se lo permitió más.
Ahora, a sus 50 años, el esfuerzo físico que debe realizar para conseguir agua sobrepasa la capacidad de su cuerpo. Afortunadamente para ella educó a una hija excelente que decidió retribuirle todo el amor que le entregó en su infancia.
“Mi madre, Nina Soren, sufre de anemia y está muy débil. Desde que era niña solía verla trabajar muy duro para ir a buscar agua. Solía sentirme muy triste. Tuvo que caminar bajo el sol abrasador y hacer cola para traer agua. De repente, me di cuenta de que podía cavar un pozo”, dijo Bobita Soren.
La joven comenzó a cavar en 2019, pero tuvo que dejar el proyecto a medio terminar y regresar a la ciudad para terminar sus estudios de Ciencias Políticas. No obstante, la cuarentena obligatoria por el coronavirus le dio el tiempo necesario para completar su obra. Hoy, el pozo es un hecho.
Por otro lado, las autoridades hicieron eco del gesto de la estudiante, es decir, su esfuerzo y dedicación en beneficio de su madre no pasaron desapercibidos. Se han ofrecido a colaborar con ella para terminar de construir lo que resta del pozo.
“Hemos abierto nuestros brazos al loable proyecto de esta joven y nos ofrecimos a ayudarle a terminar la construcción del pozo”, aseguró el alcalde de Burdwan.
Cuando somos pequeños, se nos hace difícil entender el amor tan grande que nos tienen nuestras madres. A medida que crecemos, nos damos cuenta de que se trata de algo único, capaz de superar cualquier otro sentimiento en el mundo.
Asimismo, el cariño de cada madre por sus hijos siempre será igual, tan fuerte que es y será capaz de superar todos los obstáculos que se puedan presentar en el camino, con tal de ver a los hijos sanos y felices.
Estamos ante un amor sin condiciones, que aumenta cada día. Así es el amor de una madre, cosa que debemos valorar y enseñar a valorar a todos. Sin importar cómo actuemos, nuestras madres siempre nos van a amar inclusive más de lo que ellas se pueden amar a sí mismas. Comparte esta hermosa historia.