La vida de una feliz pareja de Guatemala: Gaspar Diego, de 31 años, y Bertha, de 25, dio un giro inesperado poco antes de que ella diera a luz, en Arizona (Estados Unidos).
Como todos los padres, esperaban con ansias la llegada de su pequeño Daniel, el que sería su segundo hijo, pero de pronto, dos semanas antes del parto, ambos dieron positivo por Covid-19.
Su primer hijo, de 2 años, estaba a cargo de una tía, mientras Bertha y Gaspar permanecían en confinamiento en casa, pidiendo al Cielo que sus síntomas no se complicaran más de lo habitual, horrorizados con todo lo que escuchaban en las noticias.
Siguieron la advertencia de que en estos casos era mejor quedarse en casa, antes que ir al hospital. Pero Gaspar confiesa que empezó a sentirse muy débil, y ya ni siquiera podía levantar cosas pesadas.
Cuando faltaban sólo 6 días para el parto, todo se complicó gravemente. Bertha se puso peor y tuvo que ser llevada al hospital. Tristemente, Gaspar no la pudo acompañar por su estado y se resignó a desearle que todo fuera bien, pensando que su malestar solamente se relacionaba con las contracciones que se le adelantaron.
No imaginaba que sería su beso de despedida para siempre
Él realmente confiaba en ver de vuelta a su mujer con su segundo hijo en brazos, pero en la madrugada recibió una llamada devastadora. Le dijeron que lo más seguro era que Bertha no lograría sobrevivir.
Antes de dar a luz, sufrió un paro cardíaco, a consecuencia del Covid. Afortunadamente, le practicaron una cesárea de emergencia y lograron salvar al bebé.
Bertha murió sin saber que su hijo ya había llegado al mundo
El pequeño Daniel, volvió sano y salvo a casa, con la fortuna de que resultó negativo al coronavirus y sin ninguna complicación.
Primero estuvo bajo cuidados de una tía, hasta que Gaspar se mejoró completamente y el pobre hombre pudo reunirse con sus 2 hijos, pero roto de dolor de no tener al amor de su vida a su lado.
Bertha y Gaspar llevaban 3 años viviendo juntos y planeaban la boda de sus sueños a fines de este año, con la bendición de que ya tendrían a sus 2 bebés con ellos.
Gaspar lamenta entre lágrimas que él pensó que todo saldría bien
Ahora se consuela con un pequeño altar que montó en su casa
Está seguro de que la madre de sus hijos vive entre sus recuerdos y el amor de sus pequeños, que le recuerdan cuánto se amaron.
Sólo se le estruja el alma de dolor de pensar en el día en que tenga que contarle a Daniel cómo vino a este mundo.
Quiere compartir su historia para que las personas tomen conciencia de que el virus existe y que las mujeres embarazadas son una población vulnerable. Es verdad que está comprobado que es poco probable que puedan contagiar a sus bebés, pero no se dan cuenta el irreparable daño que ocasionamos a una embarazada al contagiarle el virus, si ella llegase a faltar.
Enviemos un mensaje de solidaridad a Gaspar, es tan desgarrador pensar en lo que le espera a este hombre sin la madre de sus hijos, pero ella desde el Cielo le enviará la fuerza que tanto necesita. ¡Comparte para crear conciencia!