Seguramente habrás oído hablar de la desigualdad social, término que en los últimos años ha cobrado especial protagonismo, una circunstancia socioeconómica en la que un colectivo o comunidad recibe un trato distinto por su raza o condición social.
Una realidad que no debería existir, pero existe. La historia de Rehan Staton es una historia de sacrificios y de retos por vencer, un claro ejemplo de que cuando se desea algo con fervor y se entrega el corazón y el alma para lograrlo, no hay fuerza en el mundo capaz de oponerse al alcance de nuestros objetivos.
El hombre de origen afroamericano pudo lograr ser aceptado en la Facultad de Derecho de Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, tras sufrir graves problemas financieros y de discriminación racial.
Tras graduarse en la escuela secundaria, la vida de Rehan Staton entró en una vorágine desconcertante y sumamente complicada. Tenía problemas financieros, y producto de una lesión deportiva de gravedad quedó incapacitado a sus 18 años.
El joven se hallaba en un túnel oscuro sin saber qué hacer. Frustrado y agotado, mientras al mismo tenía que trabajar para mantener a su hermano y a su padre. Sin embargo, Rehan estaba hecho de una madera fina, por lo que nunca se rindió.
Sus primeros y más felices años de vida los pasó en Bowie, Maryland, hasta que cumplió los 8 años. En aquella época todo parecía ser mucho más fácil. Pero, un día su madre los dejó y se mudó del país.
Pronto empezaron las dificultades financieras, las que su papá intentó paliar a pesar de criar a dos niños solo. Rehan pudo estudiar en una escuela privada de clase media, mientras su padre trabajaba en dos o tres empleos a la vez para mantener las facturas al día.
Ya en séptimo grado, el rendimiento académico de Rehan bajó considerablemente. Tiempo después, un profesor recomendó que Rehan fuera puesto en clases de recuperación en la escuela y el joven terminó llegando al Cuadro de Honor de su escuela.
“Durante toda mi vida… todas las personas a las que se suponía que debía admirar eran las que siempre me minimizaban y me hacían sentir mal conmigo mismo”, confesó el joven.
Una doble lesión en el hombro acabó con su sueño de convertirse en boxeador y solo le dejó la opción de postularse en varias universidades, pero en todas le fue mal. Solamente le quedó trabajar recogiendo basura donde, sin sospecharlo, recibió el apoyo y el aliento que tanto requería.
Todos sus colegas, en su mayoría expresidiarios, le sugerían que fuera a la escuela o algo más. Hablaron con Bren Bates, hijo de los dueños de la compañía de camiones de basura, sobre el joven talentoso que trabajaba con ellos.
Es todo un ejemplo de superación
Fue así como Bates tomó a Rehan bajo su tutela y lo llevó a la Universidad Estatal de Bowie, para que se encontrará con un profesor, quien quedaría maravillado tras su encuentro con este joven afroamericano, y de inmediato votó para que entrara por la junta de admisiones, y el joven pudo llegar a la Facultad de Derecho, en Harvard.
“Tuve que ir al ‘fondo’ de la jerarquía social, es decir, los trabajadores de saneamiento anteriormente encarcelados, para ser elevado. Cada tragedia que enfrenté me obligó a salir de mi zona de confort, pero tuve la suerte de tener un sistema de apoyo”, dijo Rehan.
La perseverancia de este joven nos demuestra que no hay nada imposible cuando se quiere lograr un sueño. Además, nos invita a seguir luchando contra la desigualdad que afecta a muchos, comparte su historia.