David César, de 26 años de edad y su esposa Bruna de Sousa, de 26, son una joven pareja felizmente casada y con un futuro que se prometía brillante. Ambos han protagonizado durante años una hermosa historia de amor en su forma más pura y poderosa.
Y es que, hace aproximadamente año y medio, desafortunadamente Bruna sufrió un paro cardiorrespiratorio que le produjo secuelas permanentes que la mantienen en estado vegetativo. Padece de alienación mental, arritmia y se encuentra ostomizada y alimentada por sondas.
“Estábamos viendo televisión y Bruna comenzó a sentirse enferma. ¡Todo fue muy rápido! Estábamos viendo una película y de repente Bruna comenzó a tener convulsiones”, dijo David.
Mientras tanto, el amoroso esposo cuida de ella y no se aparta un solo momento de su lado. Está prácticamente desempleado, ya que lo que logra trabajando como controlador de aplicaciones, en Maracanaú (CE), ni siquiera satisface las necesidades de su esposa. En la actualidad, ambos viven de las donaciones que buenamente reciben.
De hecho, una campaña ha sido creada con el fin de ayudar a la pareja, y ya ha recaudado unos 28 mil dólares. Sin embargo, dicho monto no está ni cerca de honrar los altos costos mensuales que supone el mantenimiento de la joven Bruna.
“Todavía no hemos logrado su retiro por incapacidad, pero dos abogados voluntarios nos están ayudando. Estamos viviendo de donaciones”, confesó David.
La idea es lograr recaudar los fondos suficientes para adquirir el tratamiento de su esposa, así como alimentos especiales, medicamentos, pañales, materiales de higiene personal, ayuda de un cuidador e incluso una renovación y adaptación de su habitación.
Bruna fue diagnosticada con Coma Vigil, un trastorno que no afecta las funciones más básicas del sistema nervioso, pero hace que la persona sea incapaz de percibir nada en sí mismo o alrededor de ella, en una especie de aislamiento mental.
En esa condición ha pasado 1 año y 6 meses, hospitalizada, y desde junio de 2019 está siendo atendida en su domicilio por especialistas, con la ayuda de medicamentos, nutrición enteral, entre otros.
Después de investigar mucho con el neurólogo tratante de su esposa, David encontró esperanza en un medicamento que existe en Canadá. Bruna necesitaría tomarlo durante 3 años y complementar el tratamiento con fisioterapia, algo que ronda los 100 mil dólares.
Y este es, precisamente, el objetivo principal de la joven pareja, conseguir el medicamento que saque a Bruna de su profundo sueño, y su mirada se pueda volver a reflejar en los ojos de su fiel esposo que, con valentía, resiliencia y amor la espera.
Comparte esta historia de amor sin medida con tus seres más queridos y apreciados. Tenerlos cerca cada día es algo digno de valorar y celebrar.