Los buenos maestros marcan positivamente nuestra infancia. Y sin duda, eso ha logrado una buena docente en El Salvador, lo que hace para que sus estudiantes no vean afectadas sus clases en plena pandemia se ganó la admiración de todos.
Ama su trabajo
Cecilia González de González es una mujer de 50 años que tiene una gran vocación por la docencia. Durante doce años trabajó como maestra en un colegio privado, pero rogaba que se le diera la oportunidad de dar clases a los niños del campo, y cuando menos lo pensaba la ocasión llegó.
“Un día se me dio la oportunidad en una escuela donde hacía un mes que no había maestra porque se enfermó. Aquí en este cantón El Cerro no vienen maestros porque es muy lejos y es difícil llegar a la escuela, pero yo asumí el reto”, relató la mujer.
Con la pandemia la situación se complica para los estudiantes, y el gobierno de El salvador ha establecido que debe darse continuidad al proceso a través del programa “Plan de Continuidad Educativa” emanado por el Ministerio de Educación.
Pero no todos los estudiantes tienen acceso a la educación en línea. Las familias no están en capacidad de contar con un ordenador o teléfonos con acceso a Internet, y los niños dedican parte de su tiempo para ayudar a sus padres en los cultivos de maíz y frijol.
La escuela llegó a tener un centro de computación donado por la Unión Europea hace más de tres años, pero fue sustraído por delincuentes. Por eso el director Raúl Vargas Salazar decidió que la maestra Cecilia debía atender una vez por semana a los estudiantes en sus hogares.
El inconveniente seria la forma de trasladarse, el lugar es un caserío ubicado en los cerros del municipio de Armenia, en Sonsonate hay calles peligrosas y empinadas, se encuentra entre montañas, así que decidieron que la maestra iría en una cuatrimoto.
“Yo así lo siento en mi corazón hacerlo, muchas personas me critican porque en medio de la pandemia continúo viajando. Los niños no pueden esperar porque es un año que si no vengo van a perder ese año de enseñanza, va a ser un vacío, pero hemos ayudado que ese vacío quede menos, pero era necesario hacer todo esto”, dijo la maestra.
Las familias están agradecidas por la labor de la mujer y reconocen lo que hace para que cada uno de los niños no vea afectada su educación. Los jovencitos esperan muy emocionados todas las semanas a la “seño Cecilia”, como ellos la llaman.
“Esfuerzo y sacrificio como el que la señorita realiza, no cualquiera lo hace porque salir de la comodidad de su casa y agarrar camino para este lugar se vuelve complicado. Todos aquí estamos muy agradecidos con el trabajo de la seño”, afirmó Ana Lilian Ramos, abuela de Kimberly, una de las estudiantes.
La maestra solo ruega que no se dañe la cuatrimoto, está interesada en que los niños salgan adelante a pesar de las dificultades que enfrentan el día a día en sus vidas. ¡Bravo por los pequeños de cantón El Cerro! y reconocimientos para esta buena maestra.
No dejemos de apoyar a las personas que lo dan todo por ayudar a los demás en estos momentos tan complicados. No te vayas sin compartir esta hermosa historia con todos tus amigos.