La pandemia de coronavirus no solamente ha cambiado la vida sino también la hora de partir de los pacientes que no reciben el último adiós que merecen ni cuentan con la compañía de sus seres queridos.
Por eso, una enfermera en Costa Rica tiene su propio protocolo de dignidad para despedir a cada fallecido por COVID-19 que atiende en su guardia, y los familiares están agradecidos.
Carol Díaz Calderón es una joven enfermera de Sarchí de 35 años. Ha dedicado once de ellos a ejercer su profesión con absoluta entrega y responsabilidad. Actualmente trabaja en el Hospital México, el cual está suscrito a la Caja Costarricense de Seguro Social.
Y aunque en su trabajo le toca enfrentar la muerte a diario, la pandemia le ha cambiado su percepción en muchas cosas. Cuando el último aliento de vida sale del cuerpo de la persona, no es raro mirar los humedecidos ojos del personal médico ante la impotencia de no poder hacer nada ante el letal virus.
“Es un instante donde todo acaba y por más experiencia que se tenga nunca deja de conmover e impactar. Uno jamás se acostumbra a ver pacientes irse de este mundo, menos aun cuando la causa es el coronavirus”, expresa la humana mujer.
Toda muerte es terrible pero los que mueren por coronavirus llevan la peor parte, les falta la respiración y se desesperan por encontrar un poco de aire. Y cuando todo termina para ellos, no pueden ser acompañados por sus seres más queridos.
“Hace unos días tuve que preparar una persona y su rostro estaba tan descompensado que le pedí a una compañera que me ayudara a ponerle un poquito de color en sus pómulos, frente, nariz y labios.
Fue tan gratificante y satisfactorio ver cómo cambió la apariencia de la persona fallecida que me motivé para hacer una propuesta a la dirección de Enfermería para que, siempre que se pueda, se maquille un poquito el rostro de los fallecidos que es lo único que se verá durante 15 minutos cuando el familiar llegue a reconocer el cuerpo a la morgue’’, explicó la buena enfermera.
Cuando Silvia Beirut Bonilla, directora de Enfermería del hospital escuchó la propuesta, estuvo en total acuerdo, especialmente porque demuestra la enorme calidad humana del personal. La misma impresión la tiene el doctor Douglas Montero Chacón, director general.
‘’Es mucho el trabajo que tenemos, pero estas ideas las recibo con alegría porque esto demuestra la gran calidad humana de los profesionales de enfermería de este hospital y de la CCSS.
Esto no conllevará a gastos institucionales, los insumos como maquillaje, lápiz labial, rubor y sombras correrá por cuenta de los trabajadores, entre nosotros mismos aportaremos lo que se necesite para que esta idea humanitaria sea una realidad’’, afirmó Beirut.
Carol también les rocía un poquito de perfume para promover un digno adiós, y aunque el dolor por la pérdida es muy grande, los familiares sienten un ligero alivio por la compasiva iniciativa de la enfermera.
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