El vínculo que existe entre los hermanos de sangre es inquebrantable, capaz de resistir cualquier prueba o dificultad que pueda causar una separación.
Tal como sucedió con dos hermosas hermanas gemelas en Brasil que fueron separadas injustamente por las mismas personas que les dieron la vida.
Dos hermanas gemelas que fueron separadas al nacer pudieron reunirse nuevamente el pasado 13 de julio, gracias a una familia de Feira de Santana que decidió adoptarlas: la trabajadora social Ana Cristina Almeida y el técnico de automatización industrial Júlio Ramos.
Alice y Aline nacieron en Teixeira de Freitas, en el sur de Bahía, a más de 700 kilómetros de Feira de Santana. Desafortunadamente, una de ellas, Alice, nació con una malformación de laringe y tráquea de manera que, con tan solo 27 días de vida, fue remitida al Hospital da Criança, en Feira.
Debido a su problema de salud, Alice fue abandonada por su madre, mientras que Aline permaneció con su familia biológica. Fue en el hospital donde la niña se reunió con Ana Cristina, quien en ese momento trabajaba ahí.
«Alice siempre fue una niña muy apasionada, muy querida por todos. Siempre hablé de ella con mi familia. En mi casa todos conocían a Alice, oramos por ella antes de comenzar el proceso de adopción. Cuando llegó a casa, siempre pareció nuestra”, destaca Ana Cristina.
El esposo de Ana estaba sorprendido por la iniciativa de su esposa de adoptar a Alice, pero como tenían planes de tener hijos, decidieron seguir con la idea. Fue entonces cuando la pareja, que tiene 10 años de matrimonio, dio el primer paso: ingresar al proceso de custodia de la pequeña.
“No era una idea inmediata tener hijos, pero queríamos. Yo ya conocía a Alice por las historias que Ana Cristina contaba, por el cariño que desarrollaron en el hospital”, dijo Júlio Ramos.
Ana Cristina y su esposo sabían sobre la hermana gemela de su hija, pero no sabían el paradero de la niña.
«Ya sabíamos que Aline estaba sana y que se quedó con la familia. Como los miembros de la familia eran nómadas, no sabíamos dónde estaban”, señaló Ana Cristina.
Después de dos años, la niña que estaba con la familia biológica también fue puesta en adopción. En septiembre de 2019, Ana Cristina descubrió que estaba embarazada de su hijo Pedro, ahora de tres meses, y fue durante este mismo período que supo, a través del Consejo de Guardianes, que Aline, la hermana de Alice, había sido encontrada y se encontraba en un albergue en Teixeira de Freitas.
Ante el caso, la familia adoptiva que ya cuidaba de una de las hermanas decidió volver a unir a las gemelas en la misma familia.
“Fue hermoso ver que incluso estos dos años de separación no rompieron ese vínculo que existía entre ellas, de familia, de sangre. Fue hermoso, inexplicable. Nada de lo que diga describirá el momento del encuentro”, recuerda Ana Cristina sobre el reencuentro de las hermanas.
La pareja asegura que la ayuda de familiares y amigos para cuidar a los tres niños ha sido fundamental. Ana y Júlio consideran que la tarea no es fácil, pero que es posible cuando hay amor y determinación de conformar un gran hogar.
Muchos angelitos se encuentran esperando la oportunidad de ser adoptados por una familia que los ame y los acepte como son. La adopción es maravillosa, comparte esta emotiva historia.