Si algo hemos aprendido de la pandemia de coronavirus, es que hoy más que nunca debemos ser extremadamente responsables y cuidadosos con nuestras acciones, ya que basta un simple descuido para afectar la salud y vida de las personas que nos rodean.
Es una profesional ejemplar
Fue una logopeda brasileña, de solo 24 años de edad, diagnosticada con coronavirus quien conquistó a las redes sociales con su responsabilidad hacia los recolectores de basura, imprescindibles por su labor pero siendo muchas veces ignorados por el resto de la sociedad.
Ana Carolina Ramos es una logopeda residente del Hospital do Amor. En la unidad, referente nacional en el tratamiento de personas con cáncer, trabaja con pacientes adultos diagnosticados con tumores en cabeza y cuello.
Además, es empleada del área de hospitalización y Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Santa Casa de Barretos y, en ocasiones, atiende pacientes infectados por COVID-19, sin sospechar que terminaría contagiada.
Los primeros síntomas de la enfermedad aparecieron el lunes 10 de agosto, cuando Ana Carolina tuvo tos. Al ser alérgica, no pensó que fuera coronavirus. Dos días después, el miércoles 12, la tos empeoró y comenzó a tener secreciones nasales.
Finalmente, a Ana se le indicó que buscará atención médica y se sometió a una prueba de coronavirus. El jueves salió el resultado positivo y Carolina fue retirada de sus labores con otros pacientes.
“Estaba sin aliento para orientar a los pacientes y subir escaleras, pero pensé que era solo por la secreción nasal. No tenía fiebre, pero tenía mucha tos, estornudos y escalofríos”, relata.
La logopeda dice que se está recuperando bien y que debe someterse a una nueva evaluación por parte del equipo médico. Si la condición mejora y ya no transmite el virus, podrá volver a trabajar. Pero, por lo pronto, se mantiene en cuarentena junto a sus compañeros de casa y trata de cuidar todo su entorno para no contagiar a nadie más.
“COVID-19 positivo en casa”, escribió Ana Carolina para alertar a los recolectores de basura y recicladores.
El mensaje, escrito con un bolígrafo de color en una hoja de cuaderno, fue pegado en la papelera frente al hogar de Ana Carolina, vive con otros dos amigos de la misma edad, que esperan los resultados de sus pruebas de coronavirus. En casa, cada uno está en su propia habitación y, en las áreas comunes, solo se encuentran con la mascarilla puesta.
“Si mantenemos el aislamiento social, no podemos contagiar a tanta gente. Pero seguimos produciendo basura y, cuando sacamos la basura afuera, estamos poniendo en riesgo a quien la mueve. Con la advertencia, pueden tener cuidado extra”, señala la joven.
Gracias a simples acciones como esta, los recolectores de basura pueden seguir cumpliendo con su trabajo sin poner en riesgo su bienestar y el de su familia.
¡Seamos conscientes y extrememos precauciones para poder cuidarnos entre todos!
No te vayas sin compartir este valioso gesto con todos tus amigos y recuerda cuidar de la salud de los demás.