En el mundo no todas las personas corren con la misma fortuna, incluso crecer en una familia buena y amorosa es un privilegio que lamentablemente algunos no pueden tener.
Aquellos que no han disfrutado del calor de un buen hogar tienen la capacidad de valorar y agradecer a plenitud la oportunidad de crecer con el amor y protección de una familia porque han sufrido en carne propia los estragos del abandono.
Esto lo sabe bastante bien el pequeño Andrew.
Este menor de Nashville, Tennessee, tiene 12 años y ha vivido en diferentes hogares de acogida la mayor parte de su vida.
Por fortuna, su destino dio un cambio radical después de que conociera a la familia de su mejor amigo, quienes ahora han decidido adoptarlo y hacerlo parte de ese hermoso equipo.
Andrew entró en el sistema de protección al menor después de que las autoridades les quitaran la potestad a sus padres quienes tenían problemas de adicción.
Aunque Andrew tuvo la fortuna de estar al cuidado de buenas personas durante su vida, él no había podido dar con una familia definitiva que quisiera y pudiera adoptarlo.
Para cualquier niño es bastante difícil encariñarse con una familia y después tener que separarse de ellos y todo esto lo experimentó Andrew en su infancia. Por esa razón, este proceso de adopción no sólo fue más que bien recibido por el chico, sino que fue un poco diferente y menos traumático para él.
Andrew conoció a los señores Gills, quienes ahora son su familia, gracias a Joc, uno de sus compañeros de clases que rápidamente se hizo su mejor amigo.
El chico solía ir a la casa de los Gills a hacer los deberes escolares y los padres de Joc siempre se mostraban muy atentos. Ellos le fueron tomando cariño de forma paulatina y el desconfiado Andrew también le fue dando rienda suelta a su corazón.
Entre el núcleo familiar existía gran empatía por el niño pero este jamás imaginó la sorpresiva propuesta que le harían un buen día cuando le consultaron si quería que ellos fuesen sus padres.
«Simplemente di la vuelta a la esquina y vi a todos. Ellos preguntaron ‘¿quieres?’ y dije ‘¡sí!’ «, recordó Andrew.
Pocas palabras bastaron para justificar la decisión, este niño estaba feliz de que ahora su mejor amigo sería su hermano y podrían crecer juntos rodeados de una hermosa familia.
Sin duda, estas personas llevaron a cabo el mayor gesto de amor y solidaridad que se puede tener con un pequeño que ha crecido sin hogar fijo como Andrew.
El sistema de crianza de Tennessee tiene registrado a más de 8.000 niños que viven con la esperanza de encontrar un hogar, por fortuna ahora Andrew dejó de ser parte de la cifra.
Este chico ha cumplido su sueño de tener una familia