Perder a nuestros seres queridos es una experiencia demasiado dolorosa pero si hay algo que jamás debería pasar es que los padres despidan para siempre a sus hijos, especialmente si todavía son niños. Lamentablemente, esto fue lo que tuvo que vivir Cassandra Free cuando un paseo familiar en bote terminó convirtiéndose en una inesperada tragedia.
Cassandra vive en Oklahoma, Estados Unidos.
Andrew Brady, su hijo, cayó de la embarcación y perdió la vida, sin embargo, había varios detalles sin revelar sobre lo que realmente sucedió ese día. Cassandra y su familia se dispusieron a pasar un bonito día familiar en un lago cerca de su casa.
Disponían de un bote y siempre habían disfrutado pasar largas horas nadando y jugando en el lago.
Andrew apenas tenía 9 años de edad cuando sufrió el accidente.
Pensaron que el paseo sería como cualquier otro pero cuando estaban regresando al muelle Andrew cayó del bote. Como sus hermanos, Andrew había aprendido a nadar desde muy pequeño. Su madre sabía que algo no estaba del todo bien cuando los medios propagaron la noticia de que el pequeño se había ahogado.
“Andrew era un nadador desde los 2 años. Nadaba muy bien y aun así no intentó salir a flote”, dijo Cassandra.
Días después de la tragedia, Cassandra obtuvo respuestas. No sólo había perdido a su pequeño Andrew aquel día sino que también había estado muy cerca de perder a sus otros hijos. Una prueba reveló que los niveles de monóxido de carbono en Andrew habían llegado a un 72%.
El monóxido de carbono es conocido como veneno silencioso por ser totalmente inoloro.
Su sangre ya no contaba con la capacidad de seguir transportando oxígeno y esto fue lo que acabó con su vida. La silenciosa intoxicación se produjo por el bote. Andrew fue el más afectado porque a lo largo del paseo permaneció en el asiento trasero.
“Los que se encuentran en la parte trasera son especialmente vulnerables a bajas velocidades. Se había intoxicado demasiado. Independientemente de lo que sucediera después, no iba a lograrlo”, se lamentó Cassandra.
Ese día, sus dos hermanos mayores también presentaron alarmantes síntomas y fueron ingresados al hospital por intoxicación con monóxido de carbono. Al parecer, los botes que se encuentran en movimiento crean un escape por donde emiten esta peligrosa sustancia.
“Todo esto me ha dejado un horrible sabor en la boca. Hemos tenido 4 botes en los últimos 4 años y nunca nos advirtieron que esto podía pasar”, se lamentó Cassandra.
Cassandra jamás había escuchado sobre esto y se siente destrozada al saber que el bote fue el responsable por acabar con la vida del pequeño Andrew.
Acompañamos a esta familia en estos momentos tan difíciles. Su doloroso testimonio debe darse a conocer para evitar que más personas sufran esta tragedia. Compártelo.