No hay nada más triste y desolador que perder a un ser querido a causa de una devastadora enfermedad para la que estamos totalmente desprotegidos, esto fue lo que sucedió con una madre y su hijo, quienes perdieron la vida con ocho horas de diferencia.
Ella era maestra de educación infantil y él, conductor.
Madre e hijo diagnosticados con coronavirus murieron 8 horas después de ser hospitalizados en la misma ala de la unidad de cuidados intensivos en Xanxerê, en el oeste de Santa Catarina, Brasil, durante casi dos semanas.
Según la ciudad de Xanxerê, la maestra Erenita Isotton, de 60 años, murió a las 7:30 pm del sábado 19 de septiembre y su hijo, Ademar Isotton Júnior, de 32 años, murió a las 3:30 am del domingo 20.
Ademar ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital regional São Paulo el 4 de septiembre. Cuatro días después, su madre tuvo que ser ingresada en la misma sala de UCI. Ambos tenían comorbilidades, no detalladas por el Departamento de Salud y su causa de muerte fue confirmada por Covid-19.
Ambos eran funcionarios municipales: ella era maestra en educación infantil y él era chofer del Departamento Municipal de Salud. Sus compañeros de trabajo y amigos lloran las pérdidas, sin encontrar consuelo alguno que les haga sentir menos tristeza.
Erenita fue maestra durante 30 años, también trabajó en el Departamento Municipal de Cultura, ayudó a crear el Museo del Maíz y actualmente estaba ausente del trabajo porque formaba parte del sector de riesgo.
Se preparaba para la jubilación, según informó la Concejalía de Educación Municipal, que emitió un comunicado destacando la alegría de la mujer en su relación con estudiantes, compañeros y familia.
“Erenita fue maestra, compañera, amiga y una excelente profesional. Esperamos que Dios la reciba en sus brazos con el mismo amor y cariño con que ella recibía a sus alumnos a diario”, dice la nota.
Junior, por otro lado, era conocido por familiares y amigos, había sido conductor del Departamento de Salud durante 10 años. También en una nota, el Departamento de Salud de la ciudad lamentó la muerte y recordó su dedicación al trabajo y a los colegas.
Descansarán juntos por la eternidad
“’Empleado dedicado y ejemplar, Junior siempre estuvo dispuesto a colaborar, siempre con una sonrisa en el rostro, con buen humor, ayudando a todos. Que Dios dé consuelo a la familia en este momento de dolor”, informa el Departamento de Salud.
Erenita dejó, además de amigos, dos hijos más. Júnior, por su parte, deja a sus hermanos, padre, así como a compañeros y otros miembros de la familia. Confiamos en que muy pronto su familia pueda encontrar consuelo.
No te vayas sin compartir esta impactante historia con todos tus amigos y recuerda seguir las medidas de seguridad para mantenerte a salvo.