Thierry Corbalan, es un hombre de 61 años, que decidió dejar un gran legado en el mundo tras superar la amputación de sus dos brazos en el año 1988 por una descarga eléctrica de alta tensión.
Su mensaje le ha está dando la vuelta al mundo, haciendo reflexionar a todos.
Para muchos la discapacidad se define como la condición de “deficiencia física, intelectual o sensorial” que puede afectar a las personas, pero en los últimos años se le ha dado otro enfoque a esta definición.
“La discapacidad no te impide vivir experiencias extraordinarias”, comentó Thierry.
Se ha considerado como capacidades diferentes, y Thierry, así como muchos otros atletas está demostrando que sus aptitudes son iguales de válidas que las del resto de las personas que no tienen ninguna discapacidad.
Thierry sufrió la amputación de sus dos brazos tras electrocutarse en una línea de alta tensión.
Pero eso no le impidió completar la travesía de nadar 180 kilómetros entre la isla de Córcega y el continente europeo, específicamente en Francia con el objetivo de generar consciencia sobre las personas que tienen capacidades diferentes.
Su lema de vida es demostrar que la discapacidad no les impide vivir experiencias extraordinarias.
Thierry recibe con cariño el apodo del “delfín corso” como un homenaje a la fundación Le Dauphin Corse, una asociación donde él es un colaborar activo.
“Es una travesía que tiene un valor simbólico muy grande para mí porque me voy a pasar por la ciudad donde perdí mis dos brazos”, agregó Thierry.
Thierry revela que no ha sido un camino fácil, pero que poco a poco con el pasar de los años ha tratado de hacer una campaña de concientización a favor de la inclusión.
Gracias al gran y noble trabajo de activistas como Thierry, actualmente hay muchas personas se sienten seguras de su cuerpo y que se animan a cumplir sus sueños dejando atrás estereotipos sociales.
Una vez que terminó de nadar y llegó a tierra lo estaba esperando Daniel Dulta, el hombre que salvó su vida aquella tarde de 1988, hace ya 32 años. Realmente fue un momento muy emotivo.
Thierry estuvo nadando durante una semana entre 10 y 12 horas diarias para cumplir con éxito la odisea.
Thierry decidió vivir todos sus días al límite, siempre trata de hacer lo posible para alcanzar todo lo que se propone.
Este noble hombre le está dando una lección al mundo, especialmente a quienes tienen sus extremidades y que muchas veces se quejan de cualquier cosa sin valorar y disfrutar la vida.
Vale la pena compartir el inspirador mensaje de esta gran hombre que ha demostrado que nada es imposible cuando se tiene voluntad. A pesar de lo que le pasó jamás perdió la esperanza.