Anne Turner es una abuelita que pensó que no lograría ver su sueño hecho realidad. Desde que era muy pequeña, Anne deseaba conducir una motocicleta Harley-Davidson. Con el paso de los años comenzó a formar su familia y ellos se volvieron su principal prioridad.
Anne acaba de cumplir 83 años de edad.
Cuando su salud comenzó a verse cada vez más deteriorada, la dulce anciana decidió que lo mejor sería olvidarse de aquel viejo sueño.
Anne fue diagnosticada con cáncer. Durante meses recibió tratamiento y luchó por su vida, pero los médicos dijeron a la familia que ya no había nada qué hacer.
Anne padecía de manera simultánea de dos tipos de cáncer.
Rachel, su hija, decidió que haría cualquier cosa para ayudar a su madre al disfrutar al máximo sus últimos meses de vida. Fue entonces cuando recordó la vieja pasión de Anne por las Harley-Davidson y acudió a las redes en búsqueda de ayuda.
A pesar de la fascinación de Anne por las Harley-Davidson, nunca había tenido la oportunidad de andar en una
Un par de horas después, el teléfono móvil de Rachel no paraba de sonar. Decenas de motorizados estaban ofreciendo su ayuda para cumplir el bonito sueño de Anne. Cuando llegó el día, la dulce abuelita no podía creer lo que estaba sucediendo.
“Siempre escuchó que suceden cosas horribles en el mundo, pero lo de hoy fue brillante. Fueron muy amables conmigo”, celebró la dulce Anne.
Pensaron que tan sólo lograría sentarse en un par de motocicletas pero se sintió con la energía suficiente para dar un pequeño paseo y eso fue precisamente lo que hizo.
“Dijo que había sido la mejor experiencia de toda su vida. Lloraba, reía. Todos gritaban su nombre. Estaba muy feliz de lograr aquello que siempre había deseado”, dijo Rachel sobre la enorme alegría de su madre.
La bonita sorpresa consistió en recibir en las puertas de su casa a nada menos que 60 motoristas, todos de Harly-Davidson. Condujeron desde diferentes rincones del país con el único propósito de conocer a Anne y escuchar un poco sobre su gran amor por las motocicletas. Algunos le regalaron bufandas o llaveros, fue un día muy especial.
«Todavía hay mucha gente buena», djio Anne.
El bonito gesto sucedió justo a tiempo, un par de semanas después, la salud de Anne siguió deteriorando y ahora permanece el día entero en la cama. Por fortuna cuenta con el cariño de sus hijos, nietos y bisnietos en todo momento.
La alegría de haber cumplido su sueño todavía no se ha desvanecido y es algo que recuerda constantemente con una gran sonrisa en su rostro.
¿Qué opinas de la sorpresa que los motorizados brindaron a Anne? Nunca es demasiado tarde para cumplir nuestros sueños. ¡Comparte!