La honestidad y honradez son valores sumamente importantes, pero en peligro de extinción. Afortunadamente, aún existen personas de buen corazón que nos hacen recobrar la fe en la humanidad, como hizo un honesto trabajador brasileño.
Se trata de un reciclador de basura llamado Gustavo Guedes, de 19 años de edad y residente de la ciudad de Machadinho, quien encontró una sorprendente cantidad de dinero envuelta en una bolsa de plástico.
La empresa de reciclaje, que lleva cinco años brindando servicios a la zona, recolecta alrededor de dos toneladas de materiales diariamente, por lo que cuando Gustavo se encontró con mil dólares, en billetes de 100, quedó más que impactado.
«Llegué al trabajo con normalidad, como todos los días de la semana; alrededor de las 2:30 pm o 3:00 pm, durante la clasificación del material, abrí una bolsita y tenía una botella de plástico, un vaso de café, una caja de cigarrillos y un fajo de billetes», dijo el reciclador.
Tras recuperarse del asombro, Gustavo le informó a su padre, Kiko Guedes, lo que había encontrado. Los dos guardaron el dinero con la esperanza de que alguien se comunicara y, ese mismo día, un ancianito acudió a la empresa, preocupado, alegando haber perdido el monto encontrado.
“Llegó asustado, diciendo que había perdido mil dólares y que podrían estar en la basura. Él nos dijo todo lo que había en su bolsa de basura y le entregamos el dinero”, narró Gustavo.
El ancianito no quiso entrar en detalles sobre el caso, al ser una persona reservada, pero premió a Gustavo con casi 100 dólares. Para el padre del joven, el monto no se compara con la satisfacción que siente por la actitud de su hijo.
Es un gran ejemplo
«El dinero no vale nada. Lo que más nos importa es ir a la ciudad y escuchar a la gente comentar, felicitarnos. Eso no tiene precio, vale mucho más que el dinero», dice Kiko.
Esta orgullosa familia espera que la actitud de su hijo pueda inspirar honestidad y ética en los demás, especialmente en los tiempos difíciles por los que atraviesa la humanidad.
«Es un año complicado, especialmente con la pandemia, por lo que no tiene sentido robar el dinero de otra persona. Se tiene que trabajar y hacer las cosas correctamente«, señaló el señor Kiko.
No cabe duda de que todos podemos ayudar a tener un mundo más justo y mejor, en donde la solidaridad y la honestidad sean practicadas por muchas más personas.
¡Enhorabuena por este joven y su familia que le ha enseñado muy buenos valores!
No te vayas sin compartir esta inspiradora historia con todos tus amigos y recuerda hacer siempre el bien sin mirar a quien. Sobre todo, ser comprensivos y empáticos con nuestros mayores.