Solamente bastan segundos para que ocurra un incidente con los más pequeños, sobre todo al momento de ingerir algunos alimentos que pueden ocasionarle ahogamiento. Tal como el caso que conmovió a miles de personas, el del niño que perdió la vida después de ahogarse comiendo uvas.
Lamentablemente, la incidencia de los lamentables accidentes como ese es muy alta.
Recientemente se conoció la noticia de una niña de un año y medio que se ahogó mientras comía una habichuela en su guardería en Rocafort, en Valencia, España.
El personal de los servicios de emergencia se trasladó al lugar y atendió a la menor, posteriormente la trasladaron al hospital y fue ingresada en la UCI. Los médicos la sometieron a una intervención quirúrgica para extraerle el grano que se había quedado obstruido en sus vías respiratorias.
A pesar de los esfuerzos de los sanitarios, la niña no logró sobrevivir a los daños que sufrió.
Después de permanecer en estado grave falleció dejando a sus padres devastados.
El incidente ocurrió el pasado lunes en la escuela municipal de Rocafort, según el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), recibieron una alerta a las 12:20 horas del mediodía.
La niña fue asistida por los trabajadores del SAMU (Servicio de Atención Médica de Urgencias), por atragantamiento y después la llevaron a un centro hospitalario cercano.
Cuando la niña ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital La Fe en Valencia fue intervenida quirúrgicamente y su estado era crítico.
Los miembros de la Asociación de Enfermería Pediátrica, resaltan que los atragantamientos son una causa común de accidentes infantiles, especialmente en niños menores de 5 años.
Generalmente se producen los ahogamientos mientras ingieren frutos secos, gominolas, huesos de pollo, espinas de pescado, monedas, pilas de botón, partes pequeñas de juguetes, canicas o botones.
Cuando el cuerpo extraño se introduce inesperadamente en la vía respiratoria se obstruye e impide que el aire entre o salga de los pulmones normalmente. Cuando se produce una obstrucción completa hay riesgo de muerte por asfixia.
Si el objeto se puede ver en la boca hay que extraerlo con los dedos en forma de gancho. Pero cuando no se puede visualizar, hay que colocar al niño en nuestras piernas boca abajo y golpearlo cinco veces en la parte baja de la espalda (entre los omóplatos).
Después, se le da la vuelta y con dos dedos se hacen 5 compresiones en el centro de su pecho, debajo de la línea imaginaria que une los pezones.
Hay que repetir el procedimiento hasta que logre respirar bien, hasta que expulse el objeto.
Es importante saber cómo actuar ante un accidente como este que le puede costar la vida a los niños. Comparte esta devastadora noticia y que sirva como advertencia para todos.