La vocación es la inclinación a cualquier oficio, arte, carrera o profesión. Es la inspiración con que Dios llama a alguien para hacer un trabajo voluntario. También son los anhelos de cada persona, los gustos, intereses, aptitudes y, sobre todo, la voluntad. Aquello que se hace sin esperar algo a cambio.
Sin vocación no es posible ser escritor. El profesor Brandon Woolf, de 37 años de edad, bien lo sabe, a pesar de que hoy en día la comunicación epistolar ha quedado en desuso. Decidió tomar su vieja máquina de escribir para ayudar a cualquiera que deseara transmitir un mensaje a algún ser querido en medio de esta pandemia.
Así, se sienta cada mañana en una calle del centro de Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, con la esperanza de que su iniciativa alegre un poco más los corazones que han tenido que separarse por la contingencia mundial que nos trajo este año 2020.
Brandon se acomoda en una mesa pequeña y, junto a un buzón, coloca un cartel que ofrece “Cartas gratis para los amigos que están tristes”. Todas ellas están compuestas por mensajes llenos de positivismo para las personas que han perdido a sus seres queridos, trabajos o negocios. O cruelmente que han tenido que renunciar hasta a las cosas más sencillas de la vida.
“Cuando la conexión interpersonal falla, ¿Cuáles son las otras formas de estar juntos? ¿Qué mejor experiencia que recibir correspondencia en su buzón de correo de alguien de quien no esperaba tener noticias?”, dice Brandon.
Y es que, siempre se encuentran las palabras correctas para expresar amor y solidaridad a los demás, aun en la distancia. De hecho, el proyecto titulado “La Consola”, ha resultado realmente en un consuelo para la gente que pasa últimamente por las calles neoyorquinas de Brooklyn.
Woolf no trabaja en la oficina de correos; es un artista inspirado por la antigua tradición de escribir notas de condolencia, con un doctorado en Literatura en la Universidad de Nueva York.
Además de impartir dos cursos a través de Zoom y dirigir el Programa de Literatura Dramática para estudiantes de pregrado, actualmente realiza esta actividad que piensa recopilar para su proyecto, cuyo nombre deriva de “consolación”.
Las cartas son redactadas y enviadas por correo desde la esquina de Fourth Street y Prospect Park West. Ya en su cuarta semana de actividades, la propuesta que el autor describe como “teatro postdramático”, es en verdad el resultado del análisis de tres temas fundamentales: política, economía y coronavirus.
“Todos estamos afligidos por algo en este momento, ya sea la pérdida de un amigo o familiar, un trabajo o una rutina”, dijo Woolf.
Claro que ha habido novelistas y poetas embarcados en una línea similar, pero el esfuerzo creativo de Woolf proviene, definitivamente, del desarrollo de esta última triada de problemas.
Una grabación instrumental de la canción folclórica del siglo XIX “The Letter Edged in Black” se reproduce constantemente en un altavoz al lado de su mesa de escribir. El título de la canción que escogió es una clara referencia al papel con borde negro en el que tradicionalmente se escribían las notas de condolencia.
El lenguaje es la base en el arte de escribir. Algunos buscan complicar la situación con palabras incomprensibles para los lectores, pero no es el caso de Woolf, quien ha sabido recordar que las palabras sencillas son las que expresan las cosas más grandes.
No te vayas sin compartir esta iniciativa que ha logrado consolar a muchos corazones rotos en esta época tan difícil.