La pandemia de coronavirus no ha sido fácil para nadie, pero son las personas más vulnerables y que padecen alguna enfermedad las que han resultado más afectadas. Y es que muchas medidas de seguridad tomadas para prevenir los contagios no toman en cuenta las necesidades y vicisitudes a las que deben enfrentarse.
Desafortunadamente, esto fue lo que afrontó un amoroso padre que todos los días de su vida lucha, junto a su indefensa hija contra el cáncer. Todo sucedió en los límites de Tucumán, Argentina, cuando la familia regresaba en su auto de una dolorosa sesión más de tratamiento.
La pequeña, llamada Milagros Abigail Jiménez, de solo 12 años de edad, y sus padres se encontraban exhaustos. Pero nada de eso le importó a la policía de la zona que los retuvo durante más de dos horas, impidiéndoles el ingresó a su localidad debido a las medidas establecidas por el COVID-19.
La familia reside en Santiago del Estero, pero tiene que viajar al Hospital de Niños de Tucumán, donde la pequeña es atendida. Sin embargo, nada de esto logró entender el oficial de policía, quien les exigió una autorización del Comité de Emergencia para poder entrar.
“Paso siempre, no me puedes hacer esto”, suplicaba el papá de Milagros al oficial de policía.
Milagros se encontraba más que sofocada dentro del automóvil de su familia, por lo que lloraba desesperadamente, teniendo que ser cargada por su padre para calmarse.
La madre de Milagros, Carmen, también intentaba controlar a su pequeña que la llamaba sin cesar y no podía contener el llanto, se encontraba en estado de shock.
“Pagamos el peaje y, cuando quisimos entrar a Las Termas, el oficial nos pedía un pase de emergencia. Mi hija lloraba y estaba con un shock de nervios”, declaró la madre.
Lo sucedido es especialmente injusto, dado que la familia ya había pagado su ingreso y solo posteriormente fueron retenidos; viéndose forzados a tener que caminar 5 kilómetros con Milagros sobre sus brazos.
No había nada más que pudieran hacer, el calor comenzaba a ser insoportable, había insectos en el ambiente y Milagros tenía una curación en su pierna que podía infectarse fácilmente. Pero la indiferencia del oficial jamás cedió.
“Fue un dolor muy grande ver a Milagros, cómo lloraba y que la policía no tuviera nada de piedad”, afirma la madre.
Después de recorrer 5 kilómetros a pie, la familia recibió ayuda de un funcionario municipal que se ofreció a llevarlos a su casa.
Pero ahí solo recibieron otra mala noticia: no podrán viajar a Tucumán para los tratamientos de Milagros durante 15 días, el tiempo que durará la cuarentena impuesta en la localidad.
Tras la dramática experiencia, Milagros ha quedado afectada emocionalmente e incluso tiene pesadillas con lo que sucedió; sin que su familia haya podido denunciar la injusticia ante la ley porque también los ignoraron.
“Ahora está en crisis, con sus dolores. Cada vez que se despierta, lo único que dice es: ‘Ese policía malo, mamá, que no me deja pasar para ir a mi casa’”, narró la madre.
Confiamos en que muy pronto Milagros y su familia logren reponerse de lo que vivieron; y que nada se interponga en la salud de esta valiente niña.
Es indignante el trato que sufrió la familia
No te vayas sin compartir este caso y ayuda a exigir justicia para Milagros.