Llevar los niños a la escuela puede ser toda una odisea para algunos padres, aún más, si no se toma el tiempo para verificar que todo esté bien.
Entre mandarlos a vestir, alistar sus desayunos, asegurarse que hayan hecho las tareas y que cumplan con todos los útiles escolares, a muchas madres se les pasa por alto verse en el espejo antes de salir.
Llegar temprano es lo que importa aun cuando el vestuario de los padres no luzca como desearían.
Esto fue lo que experimentó recientemente Katt Rogers, una madre que tras dejar a sus dos hijos en la escuela, George, de cuatro años, y Alfie, de tres, se dio cuenta muy tarde que su vestimenta mostraba mucho más de lo que ella jamás hubiera imaginado.
Su jeans se había rasgado en la parte trasera, pero no se trataba solo un pequeño rasguño, todo su trasero estaba expuesto y como si fuera poco, muchas personas la habían visto antes de que ella lo notara.
Katt vive en Bodmin, Cornwall-Inglaterra.
Tras dejar a los niños en la escuela se fue al supermercado Asda, y no fue sino hasta que una empleada de la tienda se le acercó y le dijo el terrible accidente del jeans. La madre comentó al respecto:
“Creo que estuve allí durante unos veinte minutos hasta que una empleada de Asda se me acercó y me dijo algo. Al principio no pude escucharla porque tenía una mascarilla puesta, pero luego me dijo: ´tienes una rasgadura en tus pantalones.”
La madre comenta que afortunadamente tenía un abrigo que usó para cubrir su trasero atándolo a la cintura.
Sin embargo, se dio cuenta que ya había pasado mucho tiempo antes de que la amable empleada le comentara lo del jeans, así que pensó muchas personas habían visto su trasero y ninguna le dijo nada.
“Literalmente, estaba pensando en cuántas personas debieron haberme visto ese día porque no tenía ni idea, y estuve caminando durante más tiempo, literalmente, simplemente oliendo velas.
Entonces pienso cómo me deben haber visto los profesores y me pregunto porque no dijeron nada, y pienso si soy el chiste en la sala de profesores.”
Katt recuerda haber recibido algunas miradas ese día, pero jamás asoció a qué se debía.
Ahora que sabe el motivo no puede dejar de sentirse avergonzada aunque ha decidido verle el lado divertido, incluso publicó algunas fotografías de su gran desastre de vestuario el día que llevó a los niños a la escuela. Finalmente comentó:
“Si la gente piensa o no que es así como me visto ahora, no estoy segura… Decidí publicarlo porque podría haber sido mucho peor, así que podría reírme de eso.”
Después de todo, siempre hay motivos para sonreír, aunque a veces el motivo sea una pena pública.
No te vayas sin antes compartir esta divertida historia en tus redes.