Los mitos acerca de la búsqueda de la eterna juventud son incontables. Desde la leyenda del Santo Grial que confiere inmortalidad a quien bebe de él, al más moderno caso de Benjamin Button, quien nació anciano y fue rejuveneciendo.
Hasta ahora se pensaba que la lucha contra el reloj biológico estaba perdida; que es imposible frenar el paso del tiempo y el consiguiente envejecimiento. Sin embargo, un equipo de científicos israelíes ha logrado tal hazaña en humanos por primera vez, a partir de cámaras de oxígeno hiperbárico.
Las mismas han demostrado servir para detener los cambios en el ADN asociados con el envejecimiento. La terapia afecta dos áreas clave en el proceso: los telómeros (protectores de los cromosomas que se acortan con el tiempo y dañan el ADN) y las células “senescentes”.
En ambas zonas han centrado los científicos de la Universidad de Tel Aviv, Israel, sus ensayos. Al administrar oxígeno puro a pacientes mayores en una cámara altamente presurizada, descubrieron que podían aumentar la longitud de los telómeros.
Este procedimiento permite reducir la cantidad de células senescentes en un 37 por ciento, regenerando las células nuevas y sanas. Esperan haber encontrado la solución a la transformación corporal hacia la ancianidad.
“Durante la prueba, un grupo de adultos de más de 64 años fueron colocados individualmente en una cámara hiperbárica, donde respiraron oxígeno al 100%. Pasaron 90 minutos en la cámara, cinco días durante tres meses”, declaró el profesor Shai Efrati, uno de los responsables de la investigación.
De esta manera, resultó que los telómeros pudieron volver a crecer a la longitud que tenían hace 25 años, demostrando que es posible revertir el reloj en ciertas zonas de la anatomía humana. Estudios anteriores también han encontrado que la eliminación de células senescentes en animales podría extender su vida hasta en un tercio.
Debido a este extraordinario hallazgo de la biología moderna, son muchas las intervenciones farmacológicas y ambientales que se están explorando en la actualidad, con la esperanza de permitir el alargamiento de los protectores de los cromosomas.
El cambio significativo de su longitud proporciona a la comunidad científica la seguridad de que el envejecimiento puede, de hecho, ser redirigido y revertido a un nivel biológico celular básico. Sin embargo, también se debe observar un estilo de vida acorde para con la buena salud de los telómeros.
“Se ha demostrado que varios factores de salud y estilo de vida, como el tabaquismo, la inactividad, la deficiencia de vitaminas y la obesidad, pueden acelerar el acortamiento de los telómeros”, añadió el Dr. Amir Hadanny, director de investigación médica del Centro Sagol de Medicina e Investigación Hiperbárica.
Y, dado que muchos científicos creen que el envejecimiento es responsable de afecciones como el Alzheimer, el Parkinson y la artritis, es posible que esta terapia pueda ayudar a prevenir algunas de las enfermedades más comúnmente asociadas con la vejez.
Comparte esta noticia con tus amistades y seres queridos. También confirman el interés de continuar explorando las posibilidades de promover la plasticidad celular como una prometedora estrategia encaminada a contrarrestar las alteraciones asociadas con la edad.