Cuando las cosas parecían mejorar y la curva de infección había sido aparentemente aplanada, muchos países del mundo han tenido que bloquear nuevamente sus fronteras tras un segundo brote por COVID-19.
Una de estas naciones que se declararon por segunda vez en confinamiento es Francia, donde médicos, enfermeras y todo el personal hospitalario retomaron sus extenuantes jornadas laborales.
Esto ocurre, mientras que miles de negocios considerados como no esenciales se han visto obligados a cerrar nuevamente sus puertas.
De tal modo le ocurrió a la tienda de Murielle Marcenac un florista Perpignan, en el sur de Francia, que sorprendió a todos con el más tierno gesto de agradecimiento.
Hace unas semanas, Murielle decidió dar alegría a los trabajadores del hospital local de Perpignan.
Con la mercancía ya comprada y la orden del gobierno de cerrar su floristería, a Marcenac se le ocurrió regalar hermosos arreglos a todos aquellos que arriesgan sus vidas para salvar las nuestras.
El breve receso que parecía tener el personal de salud terminó y estos héroes modernos han tenido que tomar nuevamente sus batas y mascarillas para enfrentarse en primera línea a la enfermedad que ha cobrado tantas vidas este año. Por ese motivo, la florista se apostó en el hospital para regalar alegría.
La dama de 38 años dejó hermosos arreglos florales en los capos de los automóviles parqueados en el estacionamiento del hospital. Para ella eso era mucho mejor que botar la mercancía.
«Tenía que tomar una decisión y no quería desperdiciar las flores. En lugar de llorar, me dije a mí misma que teníamos que hacer sonreír a la gente, especialmente en momentos como estos», Murielle.
Este hermoso gesto no sorprendió sólo al personal, sino a algunos pacientes del hospital que recibieron con mucho amor los ramos dejados en sus vehículos.
Aunque la florista no esperaba recibir ningún tipo de reconocimiento, su buena acción ha cautivado a muchos y la gente decidió llenarla de palabras de agradecimiento y han hecho eco de su bella acción.
«Me agradecen mi apoyo y mi enfoque porque en este momento es complicado. Lo hice porque lo necesitan, tenemos que apoyarnos unos a otros ahora mismo y no molestarnos», declaró la mujer.
Las flores de Murielle no terminarán con la pandemia en Francia, pero sin duda ayudarán a sacar una sonrisa a esos médicos que hacen de todo por salvar la vida de los infectados. Al menos, el aroma de esas rosas calmará la angustia de aquellos que temen por el bienestar de ese familiar que está allí dentro luchando contra la enfermedad.
Esta acción es motivo de aplausos pero además produce gran inspiración, todos podemos hacer algo para que estos momentos difíciles se enfrenten mucho mejor. Comparte esta historia y que el mundo vea que juntos somos más fuertes.