John Burns era un padre de familia que siempre se caracterizó por su enorme dedicación a la hora de trabajar. Cuando tenía tan sólo 14 años de edad, John comenzó a formar parte de la firma de Abogados TC Young Wilson Terris.
En aquel entonces no podía imaginar que ese sería el lugar en donde pasaría 84 largos años como un verdadero profesional.
John vive en la ciudad de Edimburgo en Escocia.
A los 98 años de edad, John dejaba a todos boquiabiertos con su gran energía. Se negaba a retirarse y seguía cumpliendo con su labor de una manera realmente inspiradora.
La mayoría de las personas consideran retirarse una vez que llegan a la tercera edad. Sin embargo, John siempre consideró que su trabajo lo ayudaba a mantenerse con vida y había forjado una segunda familia con todos sus compañeros de la Firma.
“Vivía para su trabajo. Tomaba el bus en la mañana y se aseguraba de ser muy puntual”, dijo Nancy Burns, su nuera.
Desde que comenzó a trabajar en 1936, John se aseguró de cumplir con una serie de requisitos para obtener ascensos y mejorar cada día su vida profesional. Pasó exámenes de inglés y matemáticas y fue alcanzando diferentes posiciones.
Los primeros años trabajó como mensajero de oficina. Más adelante ascendió a la posición de cajero y finalmente se convirtió en mensajero legal.
Durante todos estos años John solo se separó de su trabajo cuando fue enlistado para servir en la Segunda Guerra mundial.
Realizaba constantes viajes a los tribunales para asegurarse de entregar los documentos en el mejor estado posible. Sus jefes no paraban de sorprenderse con su enorme dedicación y querían realizar una pequeña ceremonia para honrar su inspiradora trayectoria.
Sin embargo, él era demasiado humilde y siempre se negó a participar en algo así.
“John era una inspiración. Quizás ahora que no está para protestar, le daremos el reconocimiento que tanto se merece”, dijo Grant Knight, su jefe.
Semanas antes de perder la vida; John había comenzado a considerar la opción de retirarse. Celebró junto a su familia su cumpleaños número 98 y al día siguiente perdió la vida.
Todos sus compañeros de trabajo se encuentran muy tristes al saber que no volverán a contar con el alegre y simpático abuelito que se había convertido en una de las personas más icónicas de la Firma.
¿Te imaginas pasar 84 años en la misma empresa? No te vayas sin compartir a este dulce abuelito que es un verdadero ejemplo de constancia y dedicación.