Cuando se trabaja arduamente, dando todo de sí, tarde o temprano el esfuerzo es recompensado. Tal como le sucedió a un dedicado empleado de un negocio en Argentina, en la ciudad de Centenário, que ha caminado 5 kilómetros durante 5 años, para cumplir con sus labores.
Franco Núñez es vidriero y trabaja en una cristalería que se ubica en una zona donde no hay un sistema de transporte público que pueda facilitar su traslado. Por ello, requiere al menos 1 hora para poder llegar hasta su lugar de trabajo.
Para remediar la situación y llegar de una forma mucho más eficiente a su lugar de trabajo, Franco tuvo la idea de comprarse un auto, pero a causa de ciertos problemas en su hogar le fue imposible realizar ese sueño. Hasta que su jefe decidió recompensar su esfuerzo y lealtad y él rompió en llanto de emoción.
Eduardo Fonseca es jefe de Franco y ha trabajado a su lado durante 5 años. Nunca imaginó el gran esfuerzo que el hombre debía hacer para ser el empleado ejemplar que es, así que conmovido con la situación decidió darle un gran obsequio.
Hace unos días, al terminar la jornada laboral, Eduardo invitó a Franco a cenar. Pero en lugar de acudir a un establecimiento de comida, Franco quedó impactado al recibir como obsequio un auto nuevo, bien merecido por años de servicio a la empresa y su amistad incondicional.
“Fuimos a ver un auto que estaba muy mal, que no le funcionaba el motor, y yo le dije que no gastara su dinero en eso.
Me puse a buscar para ver si encontraba algo y encontré un automóvil blanco al que no había que hacerle nada mecánico y con todos los papeles al día, listo para dárselo”, narró Eduardo.
Franco se ha convertido en el mejor empleado y amigo de su jefe
Para Eduardo es muy importante que sus empleados se encuentren bien y puedan progresar junto a él. Durante muchos años, él mismo fue empleado de alguien más y, tras poder ser jefe, se prometió a sí mismo que no sería como los demás y jamás perdería su humildad.
“Quiero que todos los empleados sean tratados con valor. Si yo progreso, ellos tienen que progresar conmigo. Con igualdad de oportunidades”, afirmó el jefe de Franco.
Franco comparte su espacio de trabajo con dos compañeros: Ricardo y Gabriel, quienes quedaron conmovidos con el gesto que el jefe tuvo hacia uno de ellos, ya que son conscientes de que trabaja arduamente y lo merece. Los tres trabajadores terminaron rompiendo en llanto tras el obsequio de Eduardo:
“Tienen un acompañamiento hermoso. Todos lloraron de emoción”, señaló el jefe.
Enhorabuena por Franco, por fin podrá trasladarse desde su casa al trabajo con comodidad. No cabe duda de que todos los sueños se hacen realidad cuando se lucha por ellos y se trabaja con alegría.
Fue un gran momento
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