Para un paciente que requiera un trasplante de órgano para salvar su vida, la espera puede convertirse en una tormentosa agonía. Largas listas de personas necesitando un donante y poca gente interesada en dar sus órganos a alguien más, hacen del asunto todo un calvario, pero en ocasiones el destino se encarga de reunir a las personas indicadas.
De tal modo le sucedió a Tim Hiscock, un hombre que jamás imaginó ser salvado por su vendedor de perros calientes.
Este hermoso gesto de generosidad sucedió el 14 de diciembre y para Tim fue su “milagro de Navidad”. Hiscock vive en Abbotsford, Canadá, y es cliente habitual del Lully’s Food Experience, fue allí donde conoció a Skully White el hombre que le salvó la vida.
Este hombre tiene un gran corazón.
La idea de ser donador surgió del propio Skully quien supo que Tim estaba padeciendo de insuficiencia renal y que se había complicado debido a una diabetes bastante avanzada.
«Fue mi cliente durante casi tres años antes de que yo supiera su nombre. Un día, su esposa Cindy Rhyno me llamó y me dijo que tenía algunos problemas médicos y que no debía venderle alimentos sin su permiso», dijo White.
Entre los hombres había surgido un trato bastante cordial, debido a que Tim era un cliente habitual, pero no conocían más nada el uno del otro.
Ambos eran unos desconocidos, pero al recibir la llamada White no pudo evitar sentir una mezcla de culpa y preocupación pues sabía con qué frecuencia Tim iba a su puesto de comida rápida.
Sin dudarlo Skully White decidió hacer algo para ayudarlo, él sería su donador.
El vendedor de perro calientes se sometió a una prueba para saber si eran compatibles y dos días después estaba seguro de que podría salvar la vida de Tim.
La cirugía se realizó y en un par de días tanto el paciente como el donador estaban de vuelta a sus casas para celebrar Nochebuena.
White se convirtió en un héroe para este hombre y su familia.
Toda esta experiencia ha sido trascendental en la vida del vendedor, quien no se arrepiente de la decisión que tomó.
“Estaba débil y me miró con una sonrisa… y las lágrimas corrían por su rostro. Fue la sensación más increíble del mundo que pudiera hacer esto por él ”, dijo White acerca del primer encuentro con su cliente tras la operación.
Skully sabe el tabú que existe alrededor de las donaciones de órganos, y por eso decidió compartir su historia y demostrarle a todos lo satisfecho que se siente de haber donado su riñón a un extraño.
“Esto no debería asustar a nadie… Tienes dos riñones y cuando mueras no habrás usado ni la mitad de uno. Hay gente que vive con un riñón todo el tiempo”, dijo White en un intentó por incentivar las donaciones.
En el mundo existen miles de campañas que motivan a la donación de órganos pero ¿puede existir mejor publicidad que esta historia? No lo creemos. El ejemplo de este vendedor de perros calientes es realmente inspirador y deja al descubierto el profundo amor por la vida y lo desinteresado que es su corazón.
Con su valentía el señor White salvó una vida y seguro el destino se lo sabrá agradecer, comparte esta historia de solidaridad y ayúdanos a inspirar a otros posibles donantes ¡Tu puedes ser dador de segundas oportunidades!