La pandemia ha generado un fuerte impacto en todas las familias del mundo. Las medidas de aislamiento social han supuesto una enorme distancia con nuestros seres queridos, especialmente con las personas de la tercera edad.
Los especialistas en el área de salud han asegurado que las personas mayores son especialmente susceptibles ante el COVID-19 de manera que necesitan mantenerse aún más aislados para evitar contagiarse.
Para Barbara y Clive esto no fue nada sencillo. Los abuelitos son especialmente unidos a sus nietos y nunca imaginaron tener que pasar tantos meses sin poder visitarlos. Normalmente, suelen compartir al menos tres días de la semana junto a ellos pero el coronavirus lo cambió todo.
La familia decidió mantener el contacto con los abuelos a través de videollamadas. Después de todo, estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para que nada malo le sucediese a los abuelitos.
Cuando llegó la Navidad y los nietos recibieron la noticia de que todavía no podrían ver a sus abuelos, quedaron con el corazón roto. Sin embargo, la astuta Barbara estaba realizando compras en Internet y tuvo una maravillosa idea. Decidió comprar un par de disfraces inflables de osos polares.
Pensó que los trajes eran lo suficientemente grandes y gruesos como para servir de protección ante cualquier posible contagio y les permitían cumplir con aquello que no paraban de soñar: reencontrarse con su familia.
“El vestuario funcionó muy bien. Totalmente cerrado. Creo que es la mejor idea que he tenido en mi vida”, celebró Barbara.
Preparados con sus disfraces, se dispusieron a dar la divertida sorpresa a sus nietos. Los pequeños quedaron completamente boquiabiertos y no tardaron en saltar de la emoción.
Al principio, no comprendían que aquellos “osos polares” eran realmente sus abuelos y cuando finalmente escucharon sus voces decidieron celebrarlo con el mejor de los abrazos.
“Los padres de los niños les dijeron que había rumores sobre la presencia de osos polares en su jardín así que les pidieron que investigasen un poco para que nos encontraran”, explicó Barbara.
De alguna forma u otra, siempre es posible demostrar a nuestros queridos lo importantes que son para nosotros. Durante estos difíciles meses de pandemia la mayoría se ha valido de la tecnología para poder mantener el contacto con sus familiares, pero Barbara y Clive se valieron de su creatividad para poder recibir esos abrazos que tanto extrañaban.
“Fue increíble. Todos estaban tan felices. Nos reímos y lloramos. Me encantó. Nos abrazamos durante 6 minutos. Los mejores de mi vida”, dijo Barbara.
Sin embargo, no es del todo seguro que estos disfraces sean suficientes para prevenir un contagio. Antes de realizar algo así, consulta con tu médico.
¿Qué opinas de la ocurrente idea de estos dulces abuelos? Cuéntanos tu opinión y no te vayas sin compartir esta historia.