Cuando Jamie Powell se levantó con un extraño bulto en su lengua pensó que se la había mordido mientras dormía, tenía la esperanza de que el bulto desapareciera por su cuenta, pero a los días se dio cuenta que iba creciendo más y más. Al respecto Jamie comentó:
“No pensé que fuera un gran problema y esperaba que se curara rápidamente. No fue hasta que pasaron dos semanas que noté que no se estaba curando y que el bulto se estaba agrandando”.
La mujer de 37 años asistió al dentista para una consulta general programada a principios del 2020, aunque el dentista le dijo que no había nada de qué preocuparse, ella sabía que algo no andaba bien.
Solo poco después se chequeó con su médico general, tras realizarse varias pruebas recibió la noticia de que el gran bulto que tenía en su lengua era cáncer.
Jamie empezó una gran carrera por salvar su vida.
Desde entonces, Jamie ha enfrentado una larga batalla, se sometió a una glosectomía, una delicada cirugía para extirpar la parte afectada de la lengua, que luego fue reconstruida con una parte de su pierna.
Durante varias semanas, la madre tuvo que estar en el hospital sin la posibilidad de ver a nadie debido a la pandemia.
El cáncer es una de esas enfermedades que llegan lentamente y sin previo aviso.
Durante su estadía en el hospital le realizaron múltiples exámenes y tratamientos, desafortunadamente, el cáncer había afectado su sistema nervioso y debió someterse a 30 rondas de radiación en la cabeza y cuello que le dejaron grandes quemaduras. Jamie dijo:
“La radiación fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Me reuní con mi radióloga y me explicó que era un tratamiento mórbido y uno de los tipos de radiación más duros.
Me dijeron que nunca podría hablar o sonar igual, lo cual fue desgarrador y me preocupaba el efecto que esto tendría en mis hijos”.
Durante seis semanas, Jamie, se sometió a un fuerte tratamiento donde sufrió quemaduras en el interior de la boca y cuello.
Destaca que durante mucho tiempo sentía su lengua como un objeto extraño, tuvo que aprender a moverla y sentirla como parte de su cuerpo. Jamie agregó:
“El cáncer es tanto una pelea mental como física. Me sentí fea y avergonzada de cómo me veía y sonaba. Mi boca tenía una caída de donde no tenía sensación en el lado izquierdo y perdí 18 kilos por no poder comer.
Sin embargo, he sobrevivido al cien por cien de mis días malos y seguiré haciéndolo; planeo vivir mucho tiempo para criar a mis hijos”.
Jamie es una guerrera al enfrentar con valentía esta batalla. Deseamos pueda seguir sanando y tenga larga vida para ver crecer a quienes tanto ama. ¡Ánimo, todo va a estar bien!
Si notas algo extraño en tu cuerpo no lo subestimes y asiste al médico. Una revisión temprana puede salvar tu vida. ¡Comparte!