En una residencia de mayores se produjo un incidente que ha causado conmoción en los medios.
Rogelia Blanco, de 85 años, regresó el pasado sábado a las instalaciones del recinto en la localidad de Xove después de haber sido dada por muerta tras un error en el proceso de identificación.
No solamente la declararon como fallecida, también celebraron su entierro. El error se produjo en el geriátrico Os Gozos en Pereiro de Aguiar gestionado por la Fundación San Rosendo, de Ourense, a 223 kilómetros de Xove, en Lugo, al que habían trasladado a Rogelia días antes por ser diagnosticada con coronavirus.
En el geriátrico destinaron una planta para atender a todos los pacientes diagnosticados con COVID-19, y desde el 29 de diciembre del año pasado acudieron a esa área 11 ancianos que provenían de la residencia de Xove.
El traslado de los pacientes fue gestionado por las autoridades locales y fue realizado en ambulancias adscritas al Hospital de Burela, al que corresponde la residencia de Xove.
A través de un comunicado, representantes de la Fundación San Rosendo explicaron que los pacientes se trasladaron a una planta con acceso independiente que está equipada con medios y personal especializado para ofrecerles tratamiento a los mayores contagiados de COVID-19.
El pasado 13 de enero, la familia de Rogelia recibió la noticia de su fallecimiento. A través de un comunicado, explicaron cómo se produjo el error.
“Entre las personas mayores trasladadas se encontraban dos mujeres que tenían asignada la misma habitación. Un error durante el proceso de traslado de Xove a Pereiro de Aguiar causó que el 13 de enero se certificara la muerte de una ellas, aunque equivocadamente se le asignó la identidad de su compañera”.
Al día siguiente de informar el fallecimiento, el pasado 14 de enero, celebraron el entierro que presuntamente era de Rogelia Blanco.
Cumpliendo con los protocolos establecidos por el coronavirus, el féretro permaneció cerrado durante todo el ritual de despedida. Así que los familiares no se percataron de que realmente se trataba de otra persona.
Fue el pasado 23 de enero cuando Rogelia Blanco llegó a la residencia de Xove tras haberse recuperado que todos comprobaron que se trataba de un error.
La institución a la que ella fue trasladada para recibir tratamiento médico para el coronavirus, escribió en un comunicado que han reforzado todas las medidas de control para prevenir fallas similares.
Sobre el caso, lamentaron el “desafortunado incidente” resaltaron que inmediatamente informaron a las familias sobre el hecho.
A través de un escrito que emitieron a los juzgados de Ourense y Viveiro, solicitaron a la justicia que empezaran las gestiones pertinentes para corregir el error.
La fundación quiso transmitir tranquilidad y confianza a las familias explicando que reforzarán todos los procedimientos de control de los pacientes para evitar que se repita un incidente tan grave.
“Este es un hecho puntual, de entre los más de cien trasladados que se han realizado desde el pasado mes de diciembre a Os Gozos”, dijeron en el comunicado.
Maximino Arias, un familiar directo de la paciente fallecida relató lo que vivió:
“A mí me llamaron ese día por la mañana para decirme que mi hermana sería traslada de nuevo a Xove, ya recuperada. Ese mismo día viajé para verla a pesar de tener dos costillas rotas porque me había resbalado en la nieve. Cuando llegué me dieron la noticia de que mi hermana realmente había muerto hacía diez días”.
Los familiares no dan crédito al error que cometió el personal, esperan que el juzgado les ofrezca una solución para las consecuencias jurídicas que tuvo el incidente.
Los seres queridos de Rogelia, en especial su esposo Ramón, que vive en la misma residencia, se quedaron en shock cuando supieron que no había fallecido.
Se espera que las autoridades apoyen a la institución para revertir los daños de este error que desconcertó a todos. Comparte esta noticia.