El embarazo es una de las etapas más esperadas y bonitas para una mujer, ya que se espera la llegada de un nuevo ser al mundo, capaz de llenar todo a su alrededor de alegría y amor pese a su pequeño tamaño.
No obstante, es necesario tener ciertos cuidados durante la gestación para evitar incidentes trágicos como el que sucedió con una madre brasileña, de 40 años, que recibió la peor de las noticias mientras esperaba la llegada de su bebé.
Marciele Feldmann trabajaba en una oficina de su ciudad y era madre de una joven de 16 años. Vivía muy feliz y se encontraba embarazada de su segundo hijo.
Pero todo se derrumbó a su alrededor cuando su padre, el profesor Lauro Feldmann, contrajo coronavirus.
La salud de Lauro se vio afectada rápidamente. A sus 69 años, fue internado en el Hospital Regional de Água Boa, a 736 km de Cuiabá. Los médicos hicieron todo lo que pudieron por él, pero su organismo no resistió y falleció el 25 de diciembre de 2020.
Marciele amaba con todo su corazón a su padre
Según información de la comunidad luterana de la ciudad, de la que forma parte la familia Feldmann, Marciele estaba enferma y se desvaneció al enterarse de la muerte de su padre. Ya estaba embarazada de 8 meses de embarazo y tuvieron que trasladarla de emergencia al hospital, donde sufrió una convulsión.
Al llegar a las instalaciones, dado su estado extremadamente grave, fue necesario extraer de emergencia al bebé, que fue llamado Bernardo Augusto.
El niño fue hospitalizado por insuficiencia respiratoria, mientras que la madre se recuperaba de la cesárea.
Sin embargo, el mismo día, Marciele se quejó de fuertes dolores de cabeza. Fue intubada y trasladada en una UCI por vía aérea al Hospital Municipal de Cuiabá. Por su parte, el bebé Bernardo fue trasladado en una UCI aérea a Sorriso, donde fue hospitalizado y dado de alta el 01 de enero.
Tristemente, Bernardo y su madre no pudieron reunirse para marcharse a casa juntos. Marciele sufrió un derrame cerebral y perdió la vida, dejando a su indefenso angelito al cuidado de su madre, hermana y de su hija adolescente.
Para ayudar a la familia a cubrir los gastos médicos y funerarios de esta joven madre, la iglesia de su comunidad organizó distintos eventos para poder recaudar fondos. El cuerpo de Marciele fue enterrado el 08 de enero, para descansar eternamente al lado de su querido padre.
“Qué tristeza. Que Dios consuele el corazón de todos los familiares”, comentó un internauta.
Ahora, los dos hijos de Marciele tienen un gran ángel en el cielo que siempre estará cuidándolos. Confiamos en que la familia pueda encontrar consuelo y que Bernardo sepa que su madre lo amó hasta su último instante.
Historias como esta nos rompen el corazón, pero nos recuerdan la importancia de cuidar de los más vulnerables en medio de la crisis de la pandemia. Comparte.