El amor de una madre va más allá de la vida, y así lo demostró Emma Schols, quien se despertó una mañana tras escuchar una explosión y de inmediato bajó al primer piso y se dio cuenta de que su casa estaba en llamas.
Emma cuenta que de un segundo a otro “obtuvo una fuerza tan enorme” que le permitió salvar las vidas de sus pequeños.
Esta madre de Hudiksvall, Suecia, reveló que jamás le pasó por la cabeza que su familia llegaría a correr un riesgo tan cercano a la muerte.
Esa mañana se despertó con un ruido muy perturbador, se trataba de una explosión, pero solo hasta cuando bajó al primer piso vio que había sido en su casa y un incendio se estaba propagando rápidamente.
En ese momento, solo pensó en rescatar a dos de sus hijos que estaban en la sala de juegos. Cuando llegó a la habitación y abrió la puerta fue sorprendida con una segunda explosión que le causó quemaduras mientras cubría a sus hijos.
Una vez que salieron del cuarto, Emma obligó a sus hijos a salir por la puerta principal y los dejó afuera para que no entraran de nuevo. En ese instante, les gritó a sus hijos que seguían arriba que saltaran por el balcón del segundo piso.
Su hija Nellie, de 9 años, de inmediato saltó y corrió hacia sus vecinos a pedir ayuda, mientras que su hijo mayor, William de 11 años desplegó una escalera para que los que quedaban dentro pudiesen bajar.
Una vez abajo esta madre notó que su hija Mollie, de un año, se había quedó arriba mientras el fuego arrasaba todo. Sus hijos trataron de impedir que ella entrara de nuevo en la casa, pero ella estaba decidida, se negaba a dejarla ahí.
Emma se las ingenió para arrastrarse por el piso mientras el fuego quemaba su cuerpo y el humo colapsaba sus vías respiratorias, pero poco a poco avanzó y logró ubicar a Mollie.
“Era un humo tan denso y era tan difícil respirar. Estaba terriblemente cansada, pero podía ver a través del humo cómo Mollie estaba allí en su cuna llorando aterrada. Entonces, de repente, obtuve una fuerza sobrenatural y logré ponerme de pie y levantarla”, dijo Emma.
Mientras bajaba con su hija en brazos sentía como sus pies se pegaban al suelo y su piel le quemaba. Una vez que logró salir de la casa vio a sus hijos y pensó “ahora puedo morir”.
Emma fue inmediatamente trasladada al hospital donde hicieron todo lo posible para salvarle la vida. El pronóstico no era esperanzador, pero después de un mes aislada en el hospital milagrosamente esta madre sobrevivió tras tener el 90% de su cuerpo quemado.
Su recuperación ha sido muy difícil. Poco a poco va realizando más actividades con sus hijos. Para esta familia hubo un antes y un después tras el incidente, pero agradece que aquello los haya unido más.
Para esta valiente madre sus cicatrices son las marcas con las que muestra con orgullo el amor hacia sus hijos. Ella celebra cada día el milagro de haber sobrevivido, comparte su historia.