¿Te imaginas estar degustando de una espumosa taza de café y tu pan preferido por la mañana y encontrarte con los desechos de un animal en su interior? Esto fue lo que vivió una familia brasileña que acudió a comprar pan, sin esperar que dentro de él encontrarían una repulsiva sorpresa.
Wellington Souza de Melo, un padre de familia de 35 años, y su esposa, se encontraban de compras en un supermercado de Praia Grande, en la costa de São Paulo, cuando en su camino vieron un aparador con su pan preferido.
De inmediato, la pareja no lo dudó y llevaron consigo 25 piezas del pan. Su intención era disfrutar de él en familia y también compartirlo entre sus vecinos. Pero sus planes no resultaron como esperaban.
Solo querían compartir el pan con su familia y vecinos
Al llegar a casa, los dos hijos de la pareja abrieron y se comieron uno de los panes. Al sacarlo de la caja, Wellington se percató de que varios empaques del pan se encontraban rotos, con agujeros. El empaque que había tomado su hijo estaba cerrado, pero el plástico y el papel que rodeaban el pan estaban perforados, con heces de roedor en su interior.
Cuando se realizó la compra, ni el padre ni el cajero del supermercado se dieron cuenta del estado del producto:
“Si lo hubiera notado en ese momento, creo que no lo hubiera puesto en mi carrito de compra y el cajero tampoco me habría permitido llevarlo. Solo me percaté cuando me disponía a guardarlo en mi cocina”, explicó el hombre.
Souza regresó al supermercado, donde el gerente lo acompañó hasta el auto y vio que los empaques permanecían sellados, pero con roturas en su interior. Al abrir los productos, descubrieron que uno de los panes contenía un nido de ratas.
Las heces aderezaban el pan
El gerente se ofreció a recoger la mercadería, pero el cliente no se lo permitió, ya que la usaría como prueba para una posterior queja ante la empresa en cuestión. Souza llevó todo el material a la Policía Civil, la cual decomisó los productos para su investigación y registró un informe policial.
Lamentablemente, para ese momento el hombre ya había regalado varios empaques de pan a sus vecinos y amigos, sin haberse dado cuenta de su condición. Pero, ante todo, Souza estaba insatisfecho con la nula reacción del gerente del supermercado:
“Mi hijo se comió el pan con heces y eso no le importó”, dijo Wellington.
A pesar del susto, la familia se encuentra bien y no tuvo problemas de salud. Aun así, Souza recurrió a las redes sociales para exigir sus derechos como comprador y, principalmente, para que nadie más pase un momento tan desagradable.
Por su parte, la empresa en cuestión, Assaí Atacadista, afirma que lo narrado por el cliente no coincide con sus protocolos, pero ofrece devolver el dinero pagado por el pan y someter a análisis sus productos.
Confiamos en que este caso se resuelva a favor de todos los clientes de la marca y que las autoridades se aseguren de que solo se vendan productos que no atenten contra la salud de las personas.
Comparte y no dejes de exigir tus derechos si sufres una situación similar.