La vida de algunas personas es más breve de lo que desearíamos, pero son capaces de dejar huella cuando la pierden en situaciones extremadamente complicadas, arriesgándose desinteresadamente por los demás. Tal como hizo un joven médico brasileño.
Gillian Vitor Reis, originario de São Paulo, trabajaba duramente en el área de cuidados intensivos de un hospital dedicado exclusivamente a la atención especializada de pacientes con coronavirus. Su principal prioridad, como buen médico, era cuidar de sus pacientes, por lo que no solía preocuparse demasiado por su bienestar propio.
Sin embargo, fue a finales de diciembre de 2020 que este médico se realizó una tomografía y quedó impactado al descubrir que sus pulmones estaban severamente afectados. De la nada, comenzó a padecer los fuertes efectos de haber contraído COVID-19 y tuvo que ser hospitalizado de emergencia.
El 18 de diciembre comenzó a experimentar dificultades para respirar
Pasó más de un mes hospitalizado. Además de coronavirus, tenía neumonía y su estado requirió que fuese intubado. Él lucho con todas sus fuerzas para no pasar por ese procedimiento, pero sus pulmones estaban colapsados.
“Tenía neumonía y, desde entonces, no hubo mejoría. Luchó hasta el final por no tener que ir a la UCI y estar intubado, porque conocía todos los procedimientos a los que se sometería. Pero no había otra forma, los pulmones no respondieron al tratamiento”, narró Giovana Reis, hermana de Gillian.
Gillian acababa de graduarse como médico apenas en el 2018 y, desde entonces, no dejó de demostrar su gran compromiso hacia la salud de las personas, incluso si eso requería mudarse de ciudad o enfrentarse a una enfermedad desconocida y mortal.
Cuando comenzó la pandemia, él no tuvo ninguna duda, dejó su hogar y a su familia para sumarse a los especialistas de la salud en primera línea que luchan hasta el día de hoy contra la terrible enfermedad.
Su carrera fue breve, pero fue una gran fuente de inspiración para los demás
«Desde el inicio de la pandemia, trabajó en la UCI de COVID. Al principio, creo que todos le tenían miedo a lo desconocido, pero siempre se decía que, si él como médico no lo afrontaba, ¿Quién lo haría?», comentó Giovana.
La gran vocación de este gran médico hizo que se ganara el sobrenombre de “doctor ángel” y el aprecio de todos aquellos que tuvieron loa dicha de conocerle, tanto personal como profesionalmente.
Ahora, Gillian ha vuelto al cielo para reunirse con el resto de sus colegas ángeles que arriesgaron todo para salvar la vida de las personas del coronavirus.
¡Gracias por todo, jamás serás olvidado!
La mejor manera de agradecer el esfuerzo de todos los profesionales de la salud que siguen librando una gran batalla, es respetando las medidas de seguridad. Comparte y no bajes la guardia.