Para un médico siempre es difícil enfrentarse al crudo momento de perder un paciente. Sin embargo, esta experiencia es mucho peor cuando esa persona es un familiar extremadamente cercano que falleció debido a que no tomó con la debida seriedad la pandemia.
Vivió la peor de las experiencias como hija y como doctora
Esto fue lo que vivió la doctora brasileña Claudia Antunes quien desde que comenzó la pandemia, día a día, trata a pacientes enfermos de coronavirus. Sin embargo, nunca imaginó que al área de Cuidados Intensivos llegaría su propio padre. Todo sucedió en Francisco Beltrão, en el suroeste de Paraná.
Durante un año, Claudia decidió guardar distancia de su familia para evitar la probabilidad de contagiarlos de coronavirus debido a su labor diaria en el hospital. Una y otra vez, esta doctora comentó a su padre sobre la importancia de cuidarse por la pandemia, pero no hubo consejo al que atendiera.
Fue muy doloroso verlo padecer entre los aparatos médicos
Fue el pasado 02 de enero que perdió la vida Vitor Soares Antunes en una habitación de Cuidados Intensivos del hospital donde trabaja Claudia. Tenía 75 años y dejó un gran pesar en el corazón de su desconsolada hija.
La neumóloga no sabía cómo expresar todos los sentimientos encontrados que se albergaban en su interior, así que acudió a las redes sociales para crear consciencia entre los internautas a través de su propia experiencia.
Claudia sentía que había fallado como hija, al no haber tenido la autoridad necesaria para hacer que su padre jubilado entendiera la seriedad de la enfermedad y se mantuviera a salvo, dentro de la seguridad de su casa.
“Como médico, sé que hice todo lo que pude. Lo único que lamento es no haber sido más estricta con él. Debí haberle dicho que no saldría de la casa, pero no fui lo suficientemente enérgica.
Siento que fracasé porque debí haberme esforzado más para que él se cuidara.
Fallé con mi padre como hija, porque después de que se contagió del virus no tenía nada más qué hacer”, comentó la doctora en sus redes sociales.
Pese a no tener que salir a trabajar, Vitor insistía en dejar su casa todos los días para acudir a un taller que tenía. Además, también se reunía frecuentemente con diferentes amigos y es altamente probable que en esos encuentros se haya contagiado del coronavirus.
Por supuesto, cuidar de su padre en el hospital no fue nada sencillo para Claudia y hubiera preferido no hacerlo. Sin embargo, no había más doctores disponibles que pudieran llevar el caso y fue así como vivió su prueba más difícil en toda su carrera.
La pérdida sigue ocasionando problemas para atender al resto de los pacientes que le recuerdan a su padre. Pero Claudia se mantiene fuerte con todos los buenos momentos y enseñanzas que vivió a su lado.
«Mi padre era la persona más pacífica que conocía. Se despertaba por la mañana siempre de buen humor, nunca lo vi quejarse de nada. Siempre estaba bien, incluso en el hospital”, afirma la mujer.
En medio de la devastación, Claudia también ha encontrado una luz de esperanza en la vacuna contra el coronavirus, misma que ya recibió hace unos días y que le ayuda a mantenerse en pie de lucha.
Súmate al pesar de todos los médicos que han perdido a un ser querido y siguen salvando la vida de los demás. Cuídate y cuida de los tuyos. Comparte.