La solidaridad y los verdaderos valores no hacen miramientos entre profesiones o condiciones sociales. Para alguien a quien le motiva hacer el bien la vida y tranquilidad del otro siempre estará primero.
Así lo ha demostrado el portero de un edificio en Brasil que se estrenó como héroe al salvarle la vida a uno de sus inquilinos con una peligrosa condición médica.
Hace unas semanas, el exitoso empresario de 40 años Kaylan López estaba en su apartamento junto a su hija de 13 años cuando comenzó a sentirse realmente mal.
El profesional sufre de hipertensión y toma medicamentos diarios para mantener su presión arterial controlada, sin embargo, algo había salido mal.
Con un intenso dolor en su cuello, el residente de Santos, en la costa de São Paulo, decidió tomar una ducha para relajarse.
«Comencé a sentir que mi corazón se aceleraba y me dolía el cuello, me di una ducha para ver si se calmaba, pero empeoró. Mi visión comenzó a oscurecerse y mi corazón comenzó a latir aún más rápido. Mi presión llegó a 21 x 14«, recordó.
Cuando salió del baño, López se desplomó en su cama y como pudo pidió ayuda a su hija pues sabía que la situación podía empeorar. Fue en ese momento que el padre pensó en el amable conserje Eteval de Jesús, quien no dudó en ayudarle.
«Me llamó para pedir ayuda, porque estaba solo. Cuando llegué, lo encontré desmayado. Mientras serví en el Ejército, había aprendido primeros auxilios, y le hice un masaje cardíaco para reanimarlo», dijo el conserje.
Eteval luchaba por reanimar a López, mientras que otra vecina llamaba a la línea de emergencia. Para todos fue un momento de mucha desesperación, pero el buen samaritano supo cómo mantener la calma.
Según comentó el empresario, el portero lo reanimó unas seis veces antes de que llegaran los paramédicos del Servicio Móvil de Emergencias (UPA) de Macuco: «Cuando ‘regresé’, Valdo estaba haciendo un masaje cardíaco en mi pecho y me decía que hablara con él».
Después de este episodio, el inquilino fue sometido a un electrocardiograma, exámenes y tratamiento para bajar su presión. En consulta con su cardiólogo Luiz Cláudio, López supo lo importante que había sido la intervención de su conserje.
«Probablemente tuve una arritmia cardíaca y un paro cardiopulmonar. Cuando una persona está enferma debido a la presión arterial alta, lo mejor es ir a un hospital y tomar un medicamento para bajarla y realizar pruebas», comentó López.
No había duda de que Eteval le había salvado la vida y el reencuentro entre ambos después de ese suceso fue bastante emotivo.
López lo reconoce ahora como a su salvador: «Lo abracé mucho, lloramos juntos. Pensé que me iba a morir. Doy gracias a Dios y a Etevaldo, que me salvó la vida. Agradezco a este ángel para siempre», concluyó.
Su sentido de humanidad lo llevó a actuar y ahora este empresario quedó en deuda con el humilde portero que lo salvó, comparte esta inspiradora historia y anima a todos a hacer siempre el bien.