Pocas personas en la vida son tan tenaces y decididas como un niño. Con su inocencia y fuerza de voluntad es imposible que no consigan cualquier sueño que se tracen en el camino, siendo la más grande prueba de que todo es posible.
Esto lo aprendió la madre de un pequeño niño brasileño. Su nombre es Marcella Ferreira da Silva y no podía creer que su hijo, llamado Arthur, se atreviera a vender aviones de papel en medio de una gran plaza para cumplir uno de sus sueños.
Con solo 7 años, sin zapatos ni camisa, este niño elaboró muchos aviones de papel, colocándolos posteriormente dentro de bolsas plásticas. Todo, con la esperanza de poder venderlas en la plaza de Cubatão y, con el dinero recaudado, poder comprarse un teléfono.
Su familia no podía comprar un teléfono nuevo para el niño
Marcella vio con tristeza el momento en que su pequeño perdió su teléfono en la playa, cuando una gran marea lo arrastró. Pero nunca imaginó que Arthur tenía un gran plan para reemplazar su dispositivo de comunicación, por sus propios medios.
“Él ideó hacer los avioncitos, pero yo no sabía para qué, no lo entendía. Se pasó todo el día diciendo que iba a hacer un avión de papel”, afirma la madre.
Durante la tarde del día siguiente, la mujer buscó a su hijo por toda la casa. Sin embargo, no lo encontró en ningún lado y, desesperada, salió a las calles para poder encontrarlo.
Grande fue el asombro de esta madre cuando se encontró con su hijo sentado sobre una banca en la plaza, con sus aviones colocados alrededor, lleno de tristeza por no haber podido vender y reunir el dinero para su objetivo.
Cada avioncito de Arthur tenía un coste inferior a los 50 centavos de dólar
El talentoso niño elaboró tres distintos tamaños de aviones, ninguno sobrepasaba el coste de 1 dólar. Así que, su amorosa madre decidió comprarle todos sus productos para que dejara de estar tan abatido.
Además, la madre compartió lo sucedido con su hijo en las redes sociales, sin imaginar que el suceso se haría viral y tocaría los corazones de muchas personas dispuestas a hacer realidad el sueño de Arthur.
Muchas personas contactaron a la madre para hacerle donativos de dinero en efectivo, mientras que cuatro más compraron un teléfono y lo enviaron al pequeño. En cuestión de 7 días, Arthur consiguió tener 4 dispositivos nuevos.
La familia está completamente agradecida con la solidaridad de las personas y donarán dos de los cuatro teléfonos recibidos a personas que también lo necesiten, pero no cuenten con los recursos para poder adquirirlos.
Al fin logró tener lo que tanto deseaba
No cabe duda de que las redes sociales pueden hacer mucho bien a quien más lo necesita. Comparte esta emotiva historia y aporta tu granito de arena para hacer un mundo mejor, en el que todos los niños puedan sonreír y ser felices.