La vida es una caja de sorpresas, comienzos, finales, cercanías, desencuentros y, en cuanto al amor se refiere, sepamos que este llega solo, sin buscarlo. Muchas personas pasan la vida esperando a alguien irreal o simplemente después de una pérdida, en el ocaso de la vida llega esa persona que los reconcilia con la felicidad.
Esta es una historia que te traemos para que dejes de buscar, y así permitir que toque a tu puerta esa persona que te haga inmensamente feliz, tal como le sucedió a Sharon y Peter, una pareja de adultos mayores quienes, a sus 74 y 77 años, respectivamente, se conocieron en un asilo en Inglaterra.
Ambos perdieron a sus respectivos cónyuges, por lo que, posteriormente se mudaron a la casa de retiro donde nació su mutuo amor. A esa edad, y más vivos que nunca, demostraron que nunca es tarde para encontrar a un alma gemela.
Se vieron por primera vez en el lavandero del asilo donde viven, mientras esperaban que su ropa terminase su ciclo en la lavadora. Fue una escena que pareció extraída del cine, amor a primera vista. Incluso, su luna de miel celebrada en Tenerife, España, fue como un cuento de hadas.
Sharon, permaneció casada durante más de 50 años con Ronnie, quien desafortunadamente dejó este mundo a sus 80 abriles. Peter, por su parte, también había quedado viudo hacía algunos años atrás. Su amistad inicial se transformó rápidamente en un idilio y luego en el más puro amor verdadero.
«Tenemos mucho en común. Pensé que era un muy buen hombre”, recuerda Sharon.
Pasados algunos meses, y viendo cómo se consolidaba su relación decidieron unir sus vidas en diciembre de 2019, en una pequeña ceremonia para tan solo 45 personas. ¿Lo ves? es por eso que te decíamos al principio que dejes de buscar para encontrar, porque las mejores cosas de la vida suceden incluso por azar.
Sharon había sido inmensamente feliz durante medio siglo al lado de su difunto esposo. Por eso, jamás le pasó por la mente volver a sentirse plenamente dichosa. Nunca se imaginó que volvería a caer en las redes del amor correspondido y real.
“Nunca pensé que iba a encontrar a alguien más. Después de perder a Ronnie, mi hijo fue maravilloso y se aseguró de que yo no tuviera tiempo para sentirme sola, pero yo quería mi propia vida y no ser una simple abuela”, dijo Sharon.
Lo mejor y lo más bonito de este encuentro entre estos dos seres maravillosos, fue que, tanto la familia de Sharon como la de Peter les dieron su bendición y los apoyaron en su decisión de pasar el resto de su vida juntos.
Hoy en día, Sharon y Peter continúan viviendo en el complejo de ancianos una pasión otoñal en la que ambos se complementan. Comparte esta historia con tus familiares, amigos y seres queridos.