No hay nada más devastador que perder a un ser querido sin poder pasar junto a él sus últimos instantes, para estrechar sus manos y poder decirle adiós, haciéndole sentir seguro. Esto fue lo que vivió una familia brasileña en el Municipio de Rio Grande do Sul, cuando uno de sus miembros fue internado en el Hospital de Esteio al contraer coronavirus.
Valéria de Abreu, una madre de 45 años, se desempeñaba como vendedora de helados. Para ella siempre fue importante utilizar mascarilla y prevenir al máximo posible cualquier situación que la expusiera a enfermar del COVID-19.
Lamentablemente, los clientes que recibía en el establecimiento se rehusaban a utilizar mascarilla y ella no podía permitirse dejar de trabajar. Fue esta situación la que le llevó a presentar síntomas de la enfermedad el pasado 14 de febrero.
Mantenerse trabajando la llevó a enfermar
Todo comenzó con una tos constante. Tanto Valéria como su esposo se encontraban enfermos de coronavirus, según el resultado obtenido en una prueba. Permanecieron aislados dentro de su casa, alejados de sus hijos, pero eso no fue suficiente.
Valéria tuvo que ser ingresada al hospital, pero fue dada de alta prontamente debido a la gran saturación de espacios médicos que afecta a su país. Para el 20 de febrero, la situación de la mujer empeoró drásticamente debido a que padecía de diabetes y asma, padecimientos que agudizaron su coronavirus.
Los pulmones de Valéria colapsaron
La instrucción de los médicos para Valéria fue ingresar de emergencia en una unidad de cuidados intensivos. Pero, la ocupación de los hospitales era tanta que simplemente fue imposible conseguir una cama disponible.
Los médicos hicieron todo lo posible para mantener con vida a la mujer. Sus niveles de saturación llegaron a un punto insostenible y, al no poder ser intubada, sufrió un paro cardiorrespiratorio.
La única comunicación de esta madre con su familia era a través de su teléfono
Antes de partir al más allá, Valéria se comunicó por última vez con su hija mayor, para hacerle saber que no había podido encontrar una cama dentro de la zona UCI disponible.
«Debo estar en una cama UCI, pero no hay un lugar disponible en ninguna parte. Te quiero”, escribió la mujer a su hija Giulia Mariana.
Ante este mensaje, Giulia pidió a su madre mantenerse fuerte para que pudiera recuperar su salud y no los dejara. Sin embargo, el triste final fue impostergable.
«Mamá, estoy rezando por ti. Te quiero mucho. Tienes que ser fuerte. Tienes que verme graduarme», dijo Giulia a su madre vía mensaje de WhatsApp.
Confiamos en que muy pronto esta familia pueda encontrar consuelo a su fatal pérdida y que las instituciones médicas puedan tener un respiro ante tanta calamidad, para poder seguir salvando la vida de personas.
Mantente a salvo dentro de la seguridad de tu hogar y no bajes la guardia. Comparte esta emotiva historia.