Son muchas las historias de ficción que atrapan por la complejidad de su trama y porque hacen que todo sea posible, sin embargo, cada día nos topamos con historias verdaderas que nos recuerdan que la realidad supera por mucho la ficción y que estamos en un mundo de oportunidades donde todo es posible.
Esta es la historia de Larissa Rodrigues, una joven que a sus 26 años de edad ha quebrado todo los estereotipos y demostrado que ser diferente no tiene por qué ser un obstáculo.
Se convirtió en la directora más joven del hospital.
Larissa fue diagnosticada con trastorno de espectro autista, desde que era solo una niña aprendió la luchar con fuertes comentarios, miradas de desprecio y actos de rechazo que la hacían sentir mal.
Experimentó el acoso y cambió constantemente de escuela, tenía dificultades para relacionarse y hacer contacto visual.
Su realidad supera cualquier serie de ficción.
Sin embargo, todos esos actos de desprecio hicieron fortalecer su corazón y la motivaron a luchar cada día más, muchos ignoraban que detrás de esa niña tímida había una persona con una gran habilidad de aprender y memorizar cualquier información, una niña brillante con una inteligencia incomparable.
Hoy Larissa es médico de profesión y la directora del Hospital Leste Campanha en Porto Velho, Brasil.
Estudió 8 horas diarias para solicitar una residencia en neuropsiquiatria.
A pesar de ser tan joven, Larissa tiene múltiples responsabilidades laborales, pasa sus días firmando registros médicos, gestionando protocolos y definiendo pautas medicas con el gobierno estatal, recorriendo los pasillos y entubando pacientes con COVID-19.
Con más de 80 horas de trabajo a la semana, no solo es la directora del hospital sino que también atiende a sus pacientes de guardia.
El COVID-19 no solo ha transformado su vida sino la manera de ver el mundo.
Aunque Larissa sigue siendo muy tímida ha aprendido a lidiar con las barreras internas con las que nació. Sus habilidades intelectuales la ayudaron a realizar todos sus logros. Ingresó a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Uberlandia en el 2011, cuando solo tenía 14 años.
Cuatro años después decidió estudiar la mente humana y pidió su traslado al Centro Universitario Aparicio de Carvalho. Posteriormente, realizó un posgrado en neurociencia. Actualmente, culminó dos especializaciones, en neuroimagen y psiquiatría.
Muchos la comparan con Shaun Murphy, el protagonista de la serie The Good Doctor.
Ha decidido estar en primera línea del COVID-19, asegura que los infectados tienen resultados neurológicos y demandas psiquiátricas.
“La pandemia me ha transformado. Siempre he sido empática en dar la bienvenida y ayudar, pero la experiencia actual ha cambiado la forma en que veo el mundo y mis necesidades reales.
No tuve más remedio que quedarme y trabajar. Mi trabajo también es una fuente de sustento para mi familia. Ayudo a mi hermano, que también estudia medicina”.
Entre sus colegas la han comparado con el cirujano de la serie The Good Doctor, quien también es autista, pero asegura que sus logros no pueden compararse con el de un médico de ficción.
Larissa tiene su propia historia, y aunque le ha costado enfrentar los retos sociales está feliz con todo lo que ha logrado.
“Contar mi historia es algo muy extraño. Todo sucedió rápidamente en mi vida. En mi infancia y adolescencia, algunas personas me veían como algo extraordinario, con una súper mente, y otras me veían exactamente al revés. Hoy, eso no me molesta. El autismo es parte de mí, pero no me define y no limita mi potencial”.
Cada faceta de su propia historia la define con calma, la acepta y continua disfrutando de todo lo que la rodea. Seguro que más éxitos vendrán a lo largo de su vida.
Todos somos capaces de hacer grandes cosas por muy diferentes que seamos. Recuerda que las diferencias nos enriquecen y el respeto nos une. ¡Comparte!