Aunque en las últimas décadas se ha luchado por promover la igualdad de género, la comprensión y el respeto por los derechos de todos, siguen existiendo casos en los que prevalecen los prejuicios.
Recientemente, se hizo viral en las redes la publicación de unos padres que cuestionaron a su hijo porque quería una cocina de juguete diciéndole que eso era para niñas. El pequeño corrigió a su madre diciéndole que él no quería ser una niña, que quería ser un chef y finalmente accedieron a comprársela.
El caso invitó a miles de personas a reflexionar sobre los daños que sufren los niños por culpa de los prejuicios de los adultos.
Y en esta oportunidad, el gesto de una madre hacia su hija de 3 años generó un acalorado debate sobre el patrón de creencias que está transmitiéndole a la pequeña. Según la mujer, su hija nació siendo una mujer y por eso tiene el deber de saber hacer labores del hogar.
Summer Thompson, de 21 años, tiene un estricto método de crianza en el que su hija debe saber limpiar, lavar la ropa y cocinar desde muy temprana edad.
“Nació mujer, así que es su deber”, dijo Summer.
Es muy común ver a los padres enseñando a sus hijos desde muy corta edad a participar en las tareas del hogar según su capacidad, ordenar sus juguetes, doblar prendas de ropa o arreglar sus camas.
Summer, enseña a su hija Luna, de 3 años a hacer diversas labores en su casa alegando que “es su deber”. La mayoría de las personas no cuestiona que haga a la niña partícipe de esas actividades, lo que juzgan es el hecho de que considere que deba aprenderlo por su género.
La joven madre se define como una “mamá estricta” y gran admiradora de aquellos niños que adquieren hábitos de ordenar, limpiar, lavar su ropa y cocinar desde muy corta edad.
Luna aprendió a lavar ropa, cuando comenzó para ella era como un juego, según la madre, que después le enseñó a usar la aspiradora.
“Cuando Luna se levanta tiene que hacer su cama. En el desayuno se prepara su plato de cereal. Después lo pone en el fregadero y lo lava, sus prendas sucias van al cesto de la ropa sucia. Sabe que si usa sus juguetes es la responsable de ordenarlos”, relató Summer.
La madre confesó que recibe constantes críticas de su entorno por su forma de criar a su hija.
“Me critican por no dejarla disfrutar de una infancia normal. Por supuesto, ella se toma un tiempo para jugar con sus juguetes favoritos. A veces se queja y tiene una rabieta por hacer alguna labor del hogar, pero por lo general sigue adelante”, dijo Summer.
Para Summer, lo más importante es enseñarle a hacer los deberes del hogar.
“Necesita tener confianza y dominio de las tareas domésticas y eso incluye cocinar, limpiar y administrar una casa. Tendrá que hacer estas cosas en su propia casa, y cuidar de sus hijos cuando sea mayor”, dijo la madre.
Asimismo, asoció sus enseñanzas con la educación que reciben los niños en las escuelas.
“Así como los niños deben aprender a leer y escribir, también necesitan saber limpiar y cocinar desde pequeños. Como padres, nuestro trabajo es prepararlos para las responsabilidades de la vida adulta”, resaltó la mujer.
El método de esta madre causa una gran polémica, aunque muchos sí están de acuerdo en enseñar a los niños a participar en los quehaceres de su hogar, alegan que ella se excede y reprime las necesidades de su hija que apenas tiene 3 años irrespetando sus ritmos de aprendizaje, su regulación emocional y su capacidad motriz y cognitiva para adquirir responsabilidades.
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