A través de un auto judicial, la juez que investiga el crimen de Anna y Olivia, a manos de su padre, Tomás Gimeno, ha certificado la hipótesis que manejó la Guardia Civil desde un principio: que el padre quiso hacer sufrir lo más posible a Beatriz Zimmermann, la madre, con la muerte de sus hijas.
Insiste en que la intención de Gimeno siempre fue la de herir a su expareja donde más le doliera, y qué mejor que con sus hijas en común. «El plan de Tomás Gimeno fue atroz», enfatiza, «y solo para producirle el mayor dolor que pudo imaginar».
El auto apunta a que nunca tuvo la intención de sustraer las niñas a su madre para llevárselas a un entorno desconocido, sino “presuntamente darles muerte de forma planificada y premeditada”. ¿Su objetivo?: “Provocar un dolor inhumano a su expareja”.
La magistrada hace especial énfasis en los mensajes previos que Tomás envió a Beatriz. «Le dijo que no permitiría que crecieran sin él, y por eso se las llevaría y no las volvería a ver».
«Por fin estaré bien y como quiero. Las niñas estarán bien conmigo porque tengo dinero suficiente para vivir», había mencionado con fuerza Tomás Gimeno.
MUERTE DE LAS NIÑAS
La juez señala que el doble crimen se cometió en su finca de Igueste de Candelaria, entre las 19.47 y las 21.00 horas, del 27 de abril. Allí el padre habría pasado cerca de dos horas solo con las niñas.
En el auto judicial también se declara que en la vivienda habría atentado contra Anna y Olivia de forma «violenta» para después envolverlas en toallas y meterlas en bolsas de basura. Luego las habría introducido en dos bolsas de deporte que cargó en su maletero.
«Tras acabar con la vida de las niñas, subió a su coche, un Audi A3 blanco y antes de llegar al puerto de Santa Cruz, donde tenía su lancha atracada, pasó de incógnito por la casa de sus padres, saltó la valla y dejó allí a su perro Oto y sus tarjetas de crédito», refiere el auto judicial.
QUERÍA QUE NUNCA NADIE LAS ENCONTRASE
Según la juez, Gimeno introdujo las bolsas deportivas con los cuerpos de sus hijas en su lancha, no sin antes asegurarse de poner dentro de las bolsas peso suficiente para después envolverlas con una funda nórdica, pasarles una cadena y lastrarlas con el ancla del barco.
Tomás Gimeno eligió lugares alejados de la costa y profundos donde «pensaba que nunca las encontrarían».
Pero la intención de hacer sufrir lo máximo posible a Beatriz fue mucho más allá:
«Anunció a su ex pareja y a su entorno más cercano que se iba con las niñas y que no los volverían a ver, cuando en realidad ellas ya estaban sin vida. De forma deliberada buscó dejar a la madre en total incertidumbre».
LA GUARDIA CIVIL SE CRUZÓ CON TOMÁS GIMENO
El padre de las niñas, tras quedarse sin batería en altamar, decidió volver a puerto, la noche del 27 de abril.
Fue allí cuando se cruzó con una embarcación del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Tenerife, a las 23.15. Pero para ese momento, él ya había arrojado a sus hijas sin vida por la borda, a las 22.30.
Gimeno tuvo que atracar su lancha para ir a su coche y presentar su documentación a los agentes que se la exigieron para imponerle una multa por saltarse el toque de queda. Dijo que dormiría en el barco, fue a comprar un cargador móvil, y a las 00.27 zarpó por última vez.
TRATO DENIGRANTE DESDE UN AÑO ANTES
La magistrada menciona que los antecedentes de la tragedia se remontan a un año atrás, cuando la relación entre Tomás y la madre de las niñas se rompió.
Recordemos que Beatriz habría descubierto la infidelidad de su exmarido cuando estaba embarazada de Anna. Pero cuando ella inició una nueva relación sentimental, todo se salió de control.
«Desde entonces, Tomás mantuvo de forma constante un trato vejatorio y denigrante hacia su expareja, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida, manifestándole de forma reiterada, que no toleraba que [su nueva pareja] compartiera momentos con sus hijas», menciona la juez en el auto.
PERFIL DE TOMAS GIMENO
Proyectaba imagen de joven triunfador, orgulloso de su familia y siempre rodeado de amigos. Nadie lo veía capaz de hacerle daño a las niñas, ni siquiera cuando se perdió su rastro, pero detrás de esa fachada se escondía otra personalidad. Los estremecedores resultados ya los conocemos.
RESOLUCION DE LA JUSTICIA
La justicia ha decidido levantar el secreto del sumario tras el descubrimiento del cadáver de Olivia, la mayor de las hermanas y ha dejado sin vigencia la orden internacional que dictó para la detención de Tomás Gimeno por un delito de sustracción de menores.
En su lugar ha acordado emitir otra orden internacional por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.
CAUSA DE LA MUERTE DE LAS NIÑAS
El auto no revela las causas, pero sí sostiene que al menos Olivia falleció “por una muerte violenta, con etiología médico-legal compatible con el homicidio”.
El informe preliminar de la autopsia facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha revelado este sábado que Olivia falleció de un edema agudo de pulmón.
Un edema pulmonar puede ser provocado por un mal funcionamiento del corazón o por causas no cardiogénicas, como sería el caso de Olivia. Los motivos pueden ser variados, como una inhalación de agua que provoque la acumulación de líquido en los pulmones, la asfixia o a la inhalación de humo. Otra de las causas puede ser la de una reacción adversa a un medicamento o una sobredosis, según explican fuentes médicas.
Al momento, tanto el cuerpo de Anna, de 1 año, como el del padre, siguen sin aparecer. Y no existen evidencias contundentes que lleven a asegurar que Tomás realmente se haya quitado la vida.
La detallada información aportada por el auto judicial es realmente espeluznante. Todos quisiéramos que todo esto pase ya, y que Beatriz pueda encontrar el cuerpo de su pequeña Anna, es lo que definitivamente su corazón de madre destrozado necesita. ¡Comparte!