El personal docente necesita del apoyo de los gobiernos y de los padres de sus alumnos para lograr el correcto aprendizaje socioemocional de los niños. Sin embargo, sobre todo en los países de Latinoamérica, la realidad es muy distinta.
Muchos educadores se encuentran desamparados, tal como lo denunció en días recientes una maestra de un preescolar ubicado en San Luis Potosí, México. Dijo que, ni madres ni padres de familia, ni autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP), apoyan al personal docente durante las clases no presenciales.
También acusó a los padres de promover la mediocridad en sus hijos, al festejar y premiarlos cuando aprueban de carambola con un 6. Asegura que la desmotivación en sus alumnos es cada vez más notoria, que ni siquiera le contestan los mensajes, que no hacen las asignaciones.
Asimismo, agregó que, tampoco las autoridades se han mostrado preocupadas ni han brindado su apoyo para el posible regreso a la normalidad perdida de las clases presenciales. Todas estas expresiones fueron grabadas en un vídeo que la docente publicó para crear una mayor conciencia al respecto.
“Festejan el seis: ‘no entregué tarea pero sin embargo me gradué’, ‘bravo por tu seis, soy un burro’. Padres de familias, mi preocupación es que ustedes no comprendan la importancia del trabajo triple que se tiene que hacer”, dijo.
La maestra no sale de su asombro al ver cómo muchas madres y padres aplauden tamaña irresponsabilidad y se conforman tan solo con que sus hijos pasen de grado aunque sean unos ignorantes.
Además, comentó que muchos critican a las y los maestros porque, supuestamente no cumplen con su trabajo a cabalidad, lo que demuestra una franca y clara muestra de falta de empatía, ya que, lo que no saben es que, además de impartir sus clases, deben preparar sus actividades. No son robots.
“Me preocupa que un alumno mío diga que la maestra no le enseñó nada, cuando nosotros hicimos lo que nos correspondía: trabajar horas extras, día y noche haciendo vídeos, clases en línea. Hubo padres de familia que jamás mandaron una sola evidencia de que sus hijos cumplieron”, afirmó.
La docente de preescolar también aprovechó la publicación para denunciar a la SEP. Dijo que todas las herramientas que ha usado y comprado para sus clases han salido de su propio bolsillo, lo cual no se justifica, ya que el sueldo que devenga es de hambre.
También criticó que en San Luis Potosí, tampoco los hayan preparado para un regreso seguro a las aulas de clase. Claro está que es responsabilidad de los padres seguir guardando las medidas de prevención para evitar contagiar a los niños y que estos a su vez contagien a sus compañeritos y maestros.
Tener una baja calificación no significa niños incapaces, muchos son muy brillantes, más bien el reclamo debe enfocarse en enseñar responsabilidad a nuestros hijos.
Pedimos a las autoridades de todo el mundo que dirijan su mirada hacia los maestros y estudiantes en tiempos de pandemia, pues ellos representan un pilar fundamental para lograr una sociedad civilizada. Comparte esta historia con tus amigos.